En Nicaragua los jóvenes se enfrentan cotidianamente a diversos retos de superación. Uno de esos desafíos es convertirse en artista y sobrevivir a ello. La poca cultura de pagar por el arte y el escaso apoyo a la formación artística en el país, hacen que la perspectiva del artista joven sea un reto monumental.
En Literal Periodismo Ciudadano entrevistamos a cuatro jóvenes artistas que comentan cómo, desde la danza, el teatro, la música y la gestión cultural, enfrentan múltiples dificultades mientras trabajan para tratar de producir arte en sus diversas ramas.
“La gente de Nicaragua no paga por arte”
El arte, como todas las profesiones y oficios, además de pasión, se ejerce y práctica para obtener un pago que permita sostenerse económicamente.
Sin embargo, los artistas nicaragüenses enfrentan la dificultad de no poder recibir una remuneración económica acorde a sus necesidades.
“La gente de Nicaragua no paga por arte y cree que es fácil, como es una carrera que no es respetada” lamenta la bailarina Karen Guido, quien también comenta que muchos artistas deben dar clases para poder subsistir, pues solo practicando el arte, no se logra generar dinero suficiente para cubrir sus necesidades.
Para el teatrista Jorge Vanegas, uno de los mayores retos para generar dinero a través del arte es que “existe público que quiere teatro gratis, algunos espacios te contratan, pero sólo te ofrecen alimentación y pasaje”.
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Formación artística costosa
Por otra parte, la bailarina dice que “el arte es una carrera cara”, a lo que se le debe sumar la poca cantidad de espacios accesibles para el estudio de las diferentes disciplinas del arte.
“Mi formación artística le ha costado a mi familia, a mis padres”, explica Nelson Meza, quien ha dedica casi la mitad de su vida al estudio y práctica de la música.
Meza, quien es guitarrista, también aclara que nunca ha buscado becas para su formación artística y que tampoco ha recibido propuestas.
“Descentralizar el arte”
Para la artista y gestora cultural Dorling López, en Nicaragua muchas personas quieren practicar arte, pero no encuentran las maneras de lograrlo, pero ella relata cómo desde las alianzas entre artistas se están abriendo esos espacios.
López habla del aprovechamiento de la virtualidad y los talleres que desde distintas plataformas se desarrollan. “Estamos moviéndonos, también tratando de descentralizar el arte, porque el arte debe ser para todos accesible”, afirma.
Por otra parte, para Guido, en el país “hay espacios para comenzar a formarte como artista”, sin embargo, cuestiona que esos muchos de esos espacios “también están politizados”.
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Incidencia del Covid-19 y crisis sociopolítica en el arte
La crisis sociopolítica y la pandemia del Covid-19, han tenido trascendía en la vida artística del país, tal y como ha impactado en otras esferas de la vida.
Meza argumenta que antes de estas dos crisis, la sociopolítica del 2018 y la pandemia del 2020, el arte ya estaba pasando momentos difíciles, sin embargo, se han agudizado los problemas al juntarse las dos crisis.
El músico comenta que, en el caso de la música, se dificulta la realización de conciertos en bares y restaurantes, por lo que generan menos dinero que antes.
Además de la pandemia, Meza habla de la poca seguridad que hay en el país, convirtiéndose en otro obstáculo porque no todos los amantes de las artes se atreven a visitar un sitio de noche.
Sin acceso a la salud
En algunas disciplinas del arte, el cuerpo es el instrumento principal y además el más expuesto. En el caso de la danza, las lesiones pueden llegar en cualquier momento, ya sea practicando o durante una presentación.
A pesar de ello, no existe ningún tipo de respaldo o seguro para los bailarines en caso de lesionarse.
Guido explica que, para recibir la atención médica necesaria, “tenés que pagar seguro en muchos casos porque las terapias son bastante caras”.
Además, señala que para quienes también imparten clases “a veces descansar de una lesión es un privilegio, porque si no das clases no ganas dinero”.

“Remando contra la corriente”
A juzgar por López, los artistas nicaragüenses no cuentan con suficiente apoyo. Señala que, a diferencia de otros países de la región, en Nicaragua “no tenemos licenciatura en drama y en muchas áreas”.
Para Vanegas es necesario un “verdadero apoyo gubernamental, empresarial y de organismos culturales”.
Además, dice que desde la sociedad en general se debe comenzar a ver el arte como un trabajo que conlleva tiempo, esfuerzo, salud, dinero y recurso humano”.
Todas las limitaciones existentes es lo que hace “que los artistas estemos remando contra la corriente” comenta la gestora cultural. A pesar de esto, los artistas en Nicaragua son “talleristas o técnicos”, comenta López, quien además señala que se tratan de aprovechar todos los espacios abiertos.
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Aprender a apreciar el arte
Guido, Vanegas, Meza y López, coinciden en la importancia de practicar y consumir arte. Comentan que en sus vidas el arte ha sido relevante y a pesar de los retos existentes, recomienda su práctica.
Para Meza, es importante incluir en los planes de estudio contenidos que enseñen a apreciar el arte nicaragüense en sus distintas formas, presentando además de lo tradicional lo emergente.
Por otra parte, López comenta que ella en su educación recibió formación artística lo que le ha ayudado a ser más sensible