Para comprender un poco más el periodismo, nada mejor que un libro escrito por periodistas. Exactamente 24 periodistas, 22 españoles y dos argentinos. En Cada mesa, un Vietnam se habla, como reza la contraportada de la obra, de “la pequeña guerra que libra cada periodista”.
El libro abre con una nota emocional: el texto de Miguel Ángel Bastenier, reconocido periodista, columnista, editor, autor, historiador y maestro de reporteros quien falleció en 2017 mientras se revisaba Cada mesa, un Vietnam. Sus palabras son un último e invaluable análisis sobre comunicación contra información, el modelo del periódico digital, periodismo de investigación, transformaciones de la redacción, entre otros.
A partir de ahí se habla de crónica, entrevista, reportaje, opinión, columna, corresponsalías extranjeras, corresponsalía de guerra, fotoperiodismo, periodismo deportivo, periodismo político, periodismo digital, periodismo de datos, periodismo económico y más. Cada escrito con el toque personal y toda la experiencia del profesional encargado del tema.
Lea en Literal: Ricardo Zambrana y Artemisa: Del cielo a YouTube

El oficio en las venas
Es cierto que de un libro (ni de muchos libros) se puede aprender a hacer periodismo, pero también es verdad que de un volumen como este el lector puede conocer cómo se hace periodismo e interiorizar palabras como las de Manu Brabo, fotoperiodista que ganó el prestigioso Premio Pulitzer en 2013: “Este oficio proporciona unos márgenes de libertad abrumadores. Instantes preciosos, históricos o icónicos que ningún sicario del Excel podrá robarte, aunque haya decidido, otra vez, que el mercado está en crisis”.
Cada mesa, un Vietnam también es una ventana a las fallas que cometemos al desempeñar nuestra profesión, como el que señalan Javier Espinosa y Mónica G. Prieto quienes escriben acerca de corresponsalía de guerra:
“Uno de los errores más habituales y recurrentes de cualquier corresponsal de guerra es pensar que la muerte y la destrucción entre las que se desenvuelven no los pueden afectar, porque él es solo un espectador, porque la cámara o el bolígrafo le protege, porque a los notarios nadie les dispara”.
La vida del psicólogo Lea en Literal: Róger Martínez: superación, cárcel y escritura

Ir, ver y contar
Adentrarse en este compendio es asistir a una especie de reunión en un bar después de un largo día de trabajo donde cada reportero habla de su especialidad, con un moderador de por medio, en este caso, el editor del libro, Enric González quien además escribe el prólogo y defiende el título de la obra como “apelación a la lucha fundamental del periodista, la lucha por su propia independencia y a su propia dignidad, hoy y siempre en peligro”.
Finalmente, aunque de cada escrito se pueden sacar decenas de valiosas lecciones y frases dignas de leer y releer, quizás sea la periodista Irene Hernández Velasco, especialista en temas sociales, la que mejor resuma el espíritu de la obra, lo que cada reportero plantea a su manera y desde su recorrido profesional: “El periodismo se compone, en esencia, de tres verbos: ir, ver y contar”.