¿Elegimos las palabras que decimos o nos vienen desde el lugar profundo del miedo o la ira? ¿Escuchamos lo que el otro tiene que decir? La comunicación no violenta para una cultura de paz busca la empatía, sinceridad y claridad en la manera de comunicarse; con esta herramienta se pretende buscar una oportunidad entre los conflictos donde se puede conocer las necesidades propias y la de los demás.
La comunicación no violenta ayuda a escuchar y abrir los canales de comunicación y en Literal Periodismo Ciudadano te contamos de qué se trata.
El doctor en psicología y educador Marshall Rosenberg, desarrolló la comunicación no violenta (CNV) en el año 1984, con el objetivo de que fuéramos capaces de comunicarnos de manera efectiva y empática.
De este modo se buscaba evitar el uso de manipulaciones comunes como: apelaciones a la culpa, la vergüenza o el miedo y que estas escalen a mayores acciones, como las coerciones, amenazas, chantajes y hasta agresiones.
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Habilidades del lenguaje de la comunicación no violenta
La comunicación no violenta (CNV), desarrolla algunas habilidades del lenguaje como:
- (Re) aprender a describir concretamente un hecho, separándolo de las interpretaciones (juicios, etiquetas, etcétera).
- Desplegar nuestra habilidad para conectar más allá de los relatos, historias y creencias.
- Encontrar el valor de realizar pedidos claros y directos que enriquezcan y cuiden nuestras relaciones.
Expresión y escucha
“Todo lo que se ha integrado en la CNV se conoce desde hace siglos sobre la conciencia, el lenguaje, las habilidades de comunicación y el uso del poder que nos permite mantener una perspectiva de empatía hacia nosotros y nosotras mismas y hacia las demás personas, incluso en condiciones difíciles”, Marshall B. Rosenberg.
A través de la práctica de la comunicación no violenta (CNV), podemos aprender a aclarar lo que se está observando, qué emociones se está sintiendo, los valores que ponemos en práctica y qué se espera de uno mismo y de los demás para enriquecer nuestras vidas.
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Cuatro pasos para una Comunicación No Violenta
- Describir objetivamente los hechos, como si fuera un video.
- Expresar los sentimientos, solo nuestro sentir sin juicio.
- Expresar las necesidades.
- Formular de la petición.

Algunos consejos para aplicar los cuatro pasos de CNV
- Se busca una colaboración futura y la paz, no el conflicto.
- No se entra en una batalla de palabras.
- Se concretiza más que en un intercambio de opiniones defensivos.
- Pide la escucha de nuestro interlocutor para un posterior intercambio comunicativo.
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La Comunicación No Violenta, igualmente se basa en el estudio de los efectos de las palabras en el cerebro y las emociones que emanan de esta relación. Los promotores de este tipo de comunicación, identificaron científicamente que cuando se escucha la palabra NO al comienzo de un diálogo, el cerebro empieza a liberar cortisol, la hormona del estrés y la que nos pone en alerta. En cambio, cuando escuchamos un SI, se activa una liberación de dopamina, la hormona de la recompensa y el bienestar.
Del mismo modo, es sabido que la reiteración de palabras negativas, insultantes o amenazantes, generan reacciones de defensa en el organismo y mentalidad de una persona, de modo que es posible que ante un escenario donde reine un ambiente hostil por las palabras usadas, se realicen acciones físicas como respuestas o defensa ante esas amenazas: la palabra negativa promueve la violencia.
Por ello, también se aconseja para cultivar la comunicación no violenta las siguientes medidas:
Cambie su lenguaje: sea más positivo.
Comience por erradicar palabras negativas.
Elimine la autocrítica y la crítica a los demás.
No utilice malas palabras (groserías).
Adquiera el hábito de la gratitud.
Utilice un tono amable y menos agresivo.
Piense dos veces antes de decir algo, busque la palabra precisa y evite alzar la voz.