Desde el 2018 la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo se ha caracterizado por emitir discursos que además de informar sobre la gestión gubernamental buscan amenazar, desprestigiar, insultar y manipular lnformación con fines políticos.
Cada mediodía, mediante una llamada telefónica a la que deben encadenarse los medios oficialistas, Murillo destina entre 20 y 35 minutos a emitir lo que para muchos ciudadanos son “discursos de odio.”
Y es que los discursos de Murillo han sido abordados por diferentes sectores en épocas distintas y los análisis siempre arrojan el mismo resultado: son discursos que incentivan a sus bases y tratan de destruir en el imaginario social a todos los que no se identifican con su gobierno.
“La voz de la vicepresidenta es la más difundida”
En 2018, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), en el Informe sobre los hechos de violencia ocurridos entre el 18 de abril y el 30 de mayo de 2018, señala que Daniel Ortega y Rosario Murillo son las voces oficiales del poder en la construcción de la sociedad.
De manera que sus declaraciones o discursos, tienen un rol determinante en la construcción de los imaginarios sociales, positivos o negativos, refiere el documento, que indica que basados en ese poder, Ortega y Murillo construyeron a través del discurso un enemigo con mensajes de incitación al odio y la deshumanización de ese enemigo.
El GIEI resalta que “la voz de la vicepresidenta es la más difundida” y que lo hace con una narrativa instalada, a base de emisión desde la autoridad moral y a base de repetición, empleando calificativos de profunda connotación negativa.
El informe agrega que una parte de la ciudadanía aprueba y respalda el discurso y las acciones oficiales, mientras otra parte considera que desestabiliza y genera caos.
Por su parte la Conferencia Episcopal de Nicaragua en un mensaje del pasado 24 de mayo 2020, dirigido “al pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad” hace referencia a los discursos políticos, advirtiendo que si están vacíos de responsabilidad y contenido no aportan a resolver los problemas, ni a devolverle la dignidad de la vida humana: “No escuches la voz de quien esparce odio y divisiones. No escuches esas voces…”.
¿Qué opinan los periodistas nicaragüenses?
En Literal, conversamos con periodistas y catedráticos del área de comunicación para conocer sus consideraciones sobre si los medios de comunicación independientes debemos o no reproducir estos mensajes. Aquí lo que nos dijeron.
La periodista nicaragüense radicada en el exterior, Dora González consideró que esta interrogante es un dilema, pues si los mensajes de Murillo son ignorados no se podría guardar registro del atropello que hace en principio a los medios de comunicación no afines a su línea.
Según González, al no reproducirlos, también se les quita peso a las amenazas que ahora son más directas, pero que existen desde el momento que se cerraron las puertas de las instituciones públicas, desde que callaron a los ministros para que no brinden información en los eventos públicos y también al no actualizar los datos oficiales.
“Queramos o no, (Murillo) es la vicepresidenta del país y cualquier palabra que diga tiene un efecto; (con su discurso) solo ha hecho que cada vez haya más rechazo, no sólo de los medios de comunicación sino de la población en general”, expresó González.
Y agregó que si los señalamientos que hace Murillo no fuesen dados a conocer en medios digitales a los que ella tiene acceso, no se enteraría de sus declaraciones.
¿Cuándo reproducir los discursos de Murillo?
Por su parte, Cindy Regidor, periodista de Confidencial y corresponsal de la cadena France 24 en Costa Rica consideró que estos mensajes deben ser reproducidos sí y solo sí tienen dos finalidades: comunicar algún mensaje cuyo contenido impactaría en la vida de la población o como objeto de estudio para señalar o sostener un argumento sobre su capacidad o incapacidad para gobernar un país.
Ejemplo de esto último es el hecho de que “utiliza un discurso de odio” o que sus mensajes ponen en duda “su lucidez y equilibrio mental.”
Respecto al primer caso planteado, Regidor indica que es aplicable a los casos en los que Murillo anuncie alguna actividad, alguna medida o postura oficial de gobierno.
Y recordó que ella es la vocera oficial que diariamente acapara la función de transmitir información desde todas las carteras o ministerios.
“Seguirle la pista”
“Los medios independientes no tenemos ningún otro acceso a fuentes oficiales, entonces toca seguirle la pista a ella para pescar algún dato, ya sea para verificarlo o contrastarlo”, lamentó Regidor.
La periodista relató, que en estos días con la emergencia sanitaria de la covid-19, Murillo ha hecho un ligero cambio en el manejo del discurso respecto a la crisis, pero también destaca sus llamados a vacacionar, a asistir a actividades masivas en medio de la pandemia.
“Registrar sus frases, de su viva voz, es necesario para contar a la población, a las audiencias y a la comunidad Internacional que la vicepresidenta llama a aglomerarse, contrario al llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al distanciamiento físico; pero también por un tema de registro histórico” reflexiona Regidor.
Análisis con mucha seriedad
Según Regidor, los análisis científicos del discurso de odio de Murillo deben hacerse con mucha seriedad, usando fuentes que te aporten elementos que describan y analicen el mensaje desde un lente más académico que político.
Se puede insertar lo que piensa la oposición o la ciudadanía, pero dejando en claro que son opiniones. “El valor de estos reportajes radica en que demuestren que los discursos de odio son reales, no se deben tomar a la ligera y tienen consecuencias serias, más allá de la chacota con la que usualmente se les recibe”, recalca Regidor.
La periodista exteriorizó que reproducir los discursos de Murillo no tiene nada de malo periodísticamente, siempre y cuando nos preguntemos qué más podemos reportar sobre esa frase o mensaje que dio: ¿Cómo lo estamos enmarcando? ¿Nos sirve para probar un punto? finalizó Regidor.
Sus mensajes son de interés del público
“Definitivamente tenemos que trasmitir sus mensaje de odio o no, porque son de interés público” indicó la periodista Elba Ileana Molina, quien se ha desempeñado como corresponsal de Canal 10 en el departamento de Carazo.
Molina añadió que se debe dar cobertura a sus palabras porque no es de cualquier persona, es una funcionaria de alto nivel, es la vicepresidenta del país, pese al cuestionamiento de su origen político como funcionaria, ya que desde 2008 el Consejo Supremo Electoral ha manipulado los resultados electorales para afianzar al partido de gobierno FSLN.
Sin embargo señaló que hay que saber seleccionar el mensaje clave frente a “toda la perorata que habla” y se debe transmitir los insultos que van más allá, los presentados con mensajes subliminales, aquellos que llevan ataques contra cualquier persona particular o algún tipo de campaña de desprestigio para dejar constancia de su responsabilidad en la creación de un clima político y social negativo en Nicaragua.
Molina insistió en que “la gente no compra ese discurso barato que hay en sus medios y al retransmitirlo no es que le damos mayor alcance, sino que propiciamos que la gente se convenza de lo que está haciendo el gobierno. Por ejemplo, la gente espera noticia del COVID -19 y ella sale hablando de cualquier otra cosa, finalmente lo transmitimos (el discurso de cada día) y la gente se da cuenta del silencio sepulcral del régimen, que actúa como si ignorara la realidad”.
Única vía para conocer la información oficial
La periodista del diario La Prensa, Ana Cruz, advirtió que en Nicaragua los periodistas y los medios de comunicación solo tienen una vía para informar a la gente, sobre lo que este régimen piensa o quiere hacer.
Únicamente nos informamos de la postura oficial que da Rosario Murillo, cada mediodía dice Cruz, y amplía que a su criterio esto no significa “caer en el juego (de Murillo)”, pues cada medio de comunicación tiene el deber o la responsabilidad de contrastar las afirmaciones; en este caso o en la mayoría de los casos, los insultos de la vicemandataria de Nicaragua declaró Cruz.
Consideró además que al dar a conocer los discursos, en realidad se está exhibiendo la clase de personas que “están gobernando Nicaragua”.
“Lejos de darle publicidad se está dejando en evidencia lo incapacitados que están estas dos personas, (Rosario Murillo y Daniel Ortega) de gobernar a todo un pueblo, en este caso el pueblo nicaragüense”, enfatizó Cruz.
Evidenciar su personalidad
La periodista Karen Díaz López, del sitio web Artículo 66, coincide con Cruz y explica que los medios de comunicación independientes han encontrado en los discursos de la primera dama, vocera del régimen y vicepresidenta de la República, una forma de evidenciar su personalidad negativa, de conocer en manos de quién está el país.
“Aspiraríamos a que fuera otro tipo de declaraciones con información de las gestiones gubernamentales, pero ella se dedica a lanzar ‘veneno’ a cualquier sector del país”, insistió Díaz.
Y agrega que los discursos de Murillo son casi predecibles: “se dedica a lanzar ataques a los obispos, a los periodistas, a hablar de sanciones y de la derecha golpista, lo único que hay que esperar es a quién atacará en su próxima intervención”.