Las entrevistas son herramientas claves del periodismo y como tal engloban cuestionamientos éticos. La periodista Yolanda Ruiz de la Fundación Gabo abordó en un podcast del Consultorio Ético dos asuntos que tienen amplia relación con las entrevistas y que en esta ocasión serán retomadas por Literal – Periodismo Ciudadano, considerando su importancia en el quehacer profesional.
¿Enviar o no las preguntas a la persona entrevistada?
El primer cuestionamiento plantea si es recomendable o no enviar previamente el listado de preguntas a la persona entrevistada.
Ante esa situación, Ruiz recordó la necesidad de defender la independencia para informar y también para preguntar, por eso lo ideal y deseable es poder tener apertura total cuando se aborda una entrevista.
“Pasar un listado de preguntas cierra la posibilidad de las contra preguntas a los temas que se abren derivados de las respuestas que se den y en general nos dejan un poco maniatados ante posibles cursos diversos que puedan tomar una entrevista”, explicó Ruiz.
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Imposición de condiciones para hablar
Lo cierto es que cada vez es más común que las personas entrevistadas quieran controlar el contenido por la vía de poner condiciones para hablar y una de ellas es pedir la lista de preguntas y tratar de apegarse a ella de forma exclusiva, comentó la periodista.
De hecho, Ruiz ejemplificó de forma general con casos en los que se llega al extremo de pedir las preguntas y mandar las respuestas grabadas o editadas, con lo cual “el periodista se convierte en mensajero sin posibilidad de cumplir su función de indagar y averiguar justamente lo que se quiere ocultar”.
Por tanto, Ruiz indicó que no es ético enviar el listado de preguntas, pero que sí es válido anticipar algunos temas que se van a abordar, si hay varios en la agenda informativa con la fuente.
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La importancia de contrapreguntar
Pese a ello, la periodista admitió saber de algunos colegas que ante la posibilidad de perder una entrevista que consideran muy importante para sus audiencias, deciden pactar con la fuente las preguntas.
“En este caso si un periodista decide aceptar las condiciones por razones del interés público de esa información, es muy importante dejar claras las reglas del juego y cumplirlas también. Sugiero adicionalmente pactar la posibilidad de contrapreguntar y de indagar sobre asuntos que surjan en la conversación. Mantener la independencia para preguntar es una defensa del buen periodismo”, concluyó la periodista Ruiz.

¿Entrevistar a personas que promueven el odio o la desinformación?
Por otro lado, el segundo cuestionamiento ético se refiere a negarse a entrevistar personas que por sus posiciones extremas promueven el odio o la desinformación y violan derechos de otros.
En su respuesta Ruiz comentó que está situación enfrenta a dos derechos importantes. El primero es la libertad de expresión, que debe proteger por ser un principio y pilar del periodismo; en contraposición al derecho de los ciudadanos a estar bien informados, el cual puede ponerse en riesgo cuando se abre la puerta a información falsa o mensajes de discriminación.
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Negarse a entrevistar o controvertir los hechos
Ruiz propone ventilar esa dilema ético haciendo la pregunta: ¿Todas las opiniones tienen la misma validez? A lo que respondió “No, porque hay mensajes falsos y otros que vulneran derechos de otras personas”.
La periodista menciona que encuentra colegas que deciden de plano que no se debe entrevistar a quienes promueven esos mensajes y otros que consideran que la vía para contrarrestar el efecto negativo de los mensajes falsos o violatorios de derechos es entrevistar a quienes los defienden y controvertirlos con datos y argumentos.
“No se trata de no entrevistar a quienes violan las leyes, porque con frecuencia debemos hacerlo. Sin embargo, es bueno poner de presente que esos grupos que tienen pensamientos extremos existen y son activos en el escenario político y social. Por lo tanto el silenciamiento total de ese fenómeno desde los medios tampoco es una opción”.
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Mantener espíritu crítico
Así pues Ruiz sugiere reflexionar “¿Cómo se debe cubrir una noticia para no contribuir a la desinformación, discriminación o agredir a sectores sociales? ¿Se necesita una entrevista? ¿O se reseña el hecho y nada más? ¿O se controvierte en el reporte las razones de la marcha? Es una decisión editorial”, indicó la periodista.
De cualquier forma, Ruiz aconseja “mantener el espíritu crítico y la capacidad de controvertir con hechos, datos e información fiable… El periodismo debe estar alerta y reservarse el derecho de cuestionar, disentir, indagar y destapar falsedades”.