“Todes”, “compañer@s”, “lxs niñxs”… ¿es correcto? El uso del lenguaje inclusivo o no sexista ha causado polémica y su uso ha llegado a ser tendencia principalmente en las redes sociales; esto ha sido impulsado por personas, organizaciones feministas o activistas en abierto desafío a las normas de la Real Academia Española (RAE).
La RAE no considera válido el uso del arroba “@”, la “e” o la “x” para hacer referencia a ambos sexos (femenino y masculino) y considera que contravienen las reglas gráficas y morfológicas del español. Esta antigua academia actúa como monarca de las reglas de la lengua española y tiene como fin evitar el caos en el idioma.
Esta iniciativa sobre el uso del “@”, la “e” o la “x” ha sido una fórmula para evadir “palabras en masculino o de un solo sexo” que usualmente se explican conforme las reglas gramaticales y las investigaciones lingüísticas.
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En el idioma inglés no se presenta esta problemática. Literal/ Pixabay
Posturas
A continuación, en Literal Periodismo Ciudadano te presentamos algunas de las posturas que existen para este debate que roza entre la gramática, el tema de género y las relaciones de poder.
A vista de uso de expresiones como “todos y todas” para evitar el uso del masculino genérico, se ha utilizado “@” como una opción a la norma. Sin embargo, la RAE ha dejado marcado que la arroba no es un signo lingüístico “por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo”.
Por otro lado, se suma el uso de la grafía “x” que también ha sido adjunto en este paquete de fórmulas desafiantes a la norma para un lenguaje no sexista e inclusivo.
Ejemplos: compañeres, lxs maestrxs, niñ@s, les, nosotres, todxs, alumn@s.
Tanto arroba “@” como “x” tienen un uso limitado y solo pueden usarse de manera escrita, más no hablada en la nueva tendencia que impulsan organizaciones feministas, LGTB y otras actividades de igualdad social.
En cuanto al uso de la “e” (elles, nosotres, les) como una marca de género inclusivo es contrario a la morfología del lenguaje español según la academia y la RAE a través de un tweet en su cuenta oficial lo califica como “innecesario, pues el masculino gramatical («chicos») ya cumple esa función como término no marcado de la posición de género”.
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La Real Academia Española (RAE) se fundó en Madrid en 1713. Literal/ Pixabay.
Opiniones
Una de las opiniones visibles es que la RAE está conformada por un grupo de hombres hegemónicos del primer mundo, además que el idioma y la lengua se transforman, como parte de la propia evolución de las lenguas en la historia.
Ante las reacciones y debates en los foros profesionales y sociales, donde se incluyen “@”, “e” o “x” para esquivar el masculino como una representación de ambos sexos, el director de la RAE Darío Villanueva expresó: “El problema es confundir la gramática con el machismo”.

La institución está constituida por cuarenta y seis académicos de número vitalicios. Literal/ Pixabay
¿Cómo se añaden palabras al diccionario?
La RAE funciona como el ente que se encarga de “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.
Por esa razón, para que ingrese una nueva palabra al diccionario depende de un proceso social que se investiga y analiza.
“Primero se analiza el uso y el lugar donde se utiliza que debe ser en la práctica totalidad del mundo hispanohablante. Después, pasa a una de las comisiones del pleno de la Academia para estudiar su definición. Posteriormente, se manda a América para que lo estudien las 22 academias hermanas. Y finalmente, se aprueba por la Academia y se incorpora al diccionario. Somos puros testigos o notarios de cómo hablan los hispanohablantes”, dijo Santiago Muñoz Machado, director de la RAE.
El año pasado 2020, el diccionario sufrió cambios en donde ingresaron a su lista las palabras como COVID (en mayúscula), coronavirus, desconfinar, próvida, entre otras.
En los foros sociales el debate de un lenguaje inclusivo sigue abierto y activo. A contracorriente de la RAE, la industria editorial Larousse explicó en 2020 académicamente el lenguaje inclusivo de género “como una re-interpretación de los códigos tradicionales del idioma” y lo hizo de forma sarcástica: “Tantos que han perdido la cabeza por el cambio de género en ‘¡Pues no, mi ciela!’ y el ‘palabro’ viviendo en nuestra lengua desde el siglo XIX. En fin, la hipotenusa”.