En América Latina existe solamente un 30 por ciento de participación femenina en el ámbito de la escritura y el ejercicio del periodismo, según el informe Mujeres en Poder de la Palabra.
El informe fue elaborado este año por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y PEN Internacional.
Este informe, que documenta el estado de equidad de género en la literatura y el periodismo en América Latina, indica que “las mujeres siguen siendo discriminadas por su género”.
Advierte también que las políticas públicas actuales carecen de la solidez conceptual y práctica para promover y garantizar la igualdad de participación entre hombres y mujeres
Así mismo, lamenta que “la igualdad de género y de diversidad está ausente en las políticas editoriales de los medios de comunicación independientes y privados, así como en las editoriales”.
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También afecta los derechos humanos
El documento plantea que las prácticas desiguales en el sector cultural y editorial “socavan el pleno disfrute y ejercicio de los derechos humanos”, tomando en consideración que la libre expresión es un derecho fundamental para todos los demás derechos.
Es importante señalar que los datos expuestos en el documento son aportes de los Centros PEN de Ecuador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua.
En este sentido, las organizaciones plantean que las prácticas desiguales en estos cinco países confirman que las mujeres escritoras y periodistas se enfrentan a riesgos específicos y a desafíos adicionales, debido a su género.
Otros factores interrelacionados agravan esta discriminación.
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El poder de la palabra en Nicaragua
El apartado correspondiente a Nicaragua, elaborado por la poeta nicaragüense Gioconda Belli, indica que existe predominancia masculina en las representaciones culturales de la sociedad nicaragüense.
“No obstante, en los últimos años, la lucha de las mujeres les ha permitido ocupar espacios antes denegados y ha incrementado el nivel de conciencia de género en las instituciones y medios culturales, obligándoles a realizar un esfuerzo consciente por incrementar su presencia y participación, aunque aún falta mucho camino por recorrer”.
Mujeres en el Poder de la Palabra
Otro aspecto importante que se destaca en este apartado es que en Nicaragua, el machismo tradicional que impera en el país y la región centroamericana, acompañado de un “deficiente” acceso a la educación de calidad, mantuvo la producción literaria femenina a niveles muy incipientes en el siglo XIX y principios del siglo XX.
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Liberación femenina y autoras en poder de la palabra
“La irrupción de las mujeres en la literatura de calidad en Nicaragua se produjo de manera coincidente con el gran movimiento de liberación femenina que se inició en Estados Unidos a finales de 1950”, expone el documento.
Agrega que este tuvo su auge dos décadas después, con autoras tan representativas como Gloria Steineman, Erica Jong, Rosario Castellanos y Elena Poniatowska, entre muchas otras.
¿Qué hacer para reducir estas disparidades?
El documento citado finaliza refiriendo que las escritoras y las mujeres de diversos orígenes tienen derecho a ejercer su expresión, ya sea a través del periodismo, la literatura u otras actividades creativas, así como sus derechos culturales.
Además, precisa, sus derechos a estar libres de discriminación y de violencia de género.
A su vez recomiendan a los Estados a reconocer públicamente que aún no se ha alcanzado la igualdad de género en el ámbito de los derechos culturales y aplicar las medidas necesarias para garantizar que una perspectiva inclusiva de género y de diversidad se integre plenamente a los programas culturales y editoriales públicos.
Informe Mujeres en Poder de la Palabra
En tanto recomiendan a las casas editoriales y a los medios de comunicación a promover y proteger la necesidad de inclusión en las políticas editoriales incorporando una perspectiva de género.
Además, promover y estipular enfoques políticos coherentes en el sector cultural y artístico frente a los actos discriminatorios basados en el género y en otras identidades, como la orientación sexual, la raza, la religión, el origen socioeconómico, entre otros.