La pandemia del coronavirus ha forjado dos drásticas salidas en Nicaragua: el encierro o cuarentena voluntaria y la normalidad cotidiana con los riesgos de contagio que terminen en un entierro apurado y solitario.
Así, con palabras y razones técnicas, lo han planteado durante dos días consecutivos las principales organizaciones médicas del país que, horrorizadas ante el avance sin control del virus, casi claman por una cuarentena de tres a cuatro semanas para frenar el ciclo de contagio.
El primer llamado a una cuarentena social lo hicieron público el 31 de mayo por medio de una comunicación lanzada en redes sociales y dirigida al pueblo de Nicaragua en general, donde describen una situación de avance de la pandemia y una situación dramática en los hospitales por causa del Covid-19.
3 a 4 semanas
La propuesta de las 35 organizaciones de médicos precisa que se requiere de una cuarentena nacional de 3 a 4 semanas, acompañada de acciones de prevención como lavado de mano constante, higiene preventiva y uso de máscaras, cubre-bocas, distanciamiento físico y resguardo en casa.
Este 1 de junio, la Unidad Médica Nicaragüense emitió su quinto comunicado del año, dirigido esta vez de manera específica a las asociaciones médicas, al sector de la empresa privada y al gobierno, a quienes llama a tomar medidas para frenar la crisis sanitaria, principalmente mediante una cuarentena nacional, suspender trabajos no esenciales, fortalecer los servicios médicos, transparentar la información pública y llamar a la población a protegerse quedándose en casa.
A este llamado se le unió la organización política Alianza Cívica y el Consejo Superior de la Empresa Privada, además de la Academia de Ciencias de Nicaragua, quienes respaldan a las organizaciones médicas en sus llamados de cuarenta nacional.
La empresa privada dice que ya han tomado medida, pero llaman a sus miembros a adoptar más medidas de protección a sus trabajadores y suspender en la medida de sus capacidades, actividades económicas no esenciales.
Escandaloso silencio oficial
El gobierno de Nicaragua no ha respondido a estos llamados, pero su postura desde el inicio oficial de la pandemia el 18 de marzo, ha sido la de rechazar los llamados a la cuarentena y el mensaje de #quédateEnCasa y, al contrario, promover miles de actividades de concentración pública.
Hasta el 26 de mayo, las autoridades solo reconocían 759 casos positivos y 35 fallecimientos, pero sus datos han causado dudas incluso ante la Organización Mundial de la Salud, institución global que ha comunicado su preocupación por la falta de información transparente y ha pedido el ingreso al país de una comisión de expertos para ayudar en la lucha contra la pandemia, pero el gobierno que dirige Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene cerradas las puertas a la organización perteneciente a la Organización de Naciones Unidas.
En sentido contrario al mutismo oficial, en las redes sociales y medios de comunicación abunda la información sobre los entierros nocturnos, muertes con dictámenes alterados, contagios masivos, personal médico afectado, hospitales desbordados y cementerios saturados de tumbas y sepelios solitarios.