Facebook, la red social dirigida por Mark Elliot Zuckerberg se encuentra en el “ojo del huracán” luego que Frances Haugen, una excolaboradora de esta compañía filtrara a las autoridades de Estados Unidos un archivo de investigaciones que advierten que el contenido y otros productos de este empresa, así como su sistema de publicaciones, son potencialmente dañinos para la salud mental de niños y jóvenes.
En medio de esta situación, de forma inusual el pasado 4 de octubre se reportó una gigantesca caída por más de 6 horas de las tres principales redes de la compañía como son la mensajería instantánea Whatsapp, Facebook e Instagram.
Según Nick Clegg, vicepresidente de política y asuntos globales de Facebook, este apagón se debió a cambios de configuración que realizaron en los routers que coordinan el tráfico de red entre sus centros de datos.
La denuncia de Haugen
“Facebook se convirtió en una empresa de un billón de dólares financiando sus ganancias con nuestra seguridad, incluida la seguridad de nuestros hijos”, señaló Haugen a medios internacionales.
Además acusa a la empresa anteponer sus intereses por encima de la privacidad de quienes utilizan sus plataformas. Diversos medios internacionales citan fragmentos del discurso de esta excolaboradora de Facebook que refiere que “casi nadie fuera de Facebook sabe lo que sucede dentro de Facebook. La dirección de la empresa oculta información vital al público, al gobierno estadounidense, a sus accionistas y a los gobiernos de todo el mundo”, apunta Haugen.
La legislación estadounidense ha dicho en otras oportunidades que es necesario regular el funcionamiento de los gigantes tecnológicos, pues de acuerdo a múltiples denuncias invaden la privacidad, son facilitadores de la desinformación y perjudican el bienestar de adolescentes y jóvenes.
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Una denuncia de “vieja data”
No es la primera vez que las empresas de plataformas sociales se ven envueltas en denuncias, un ejemplo de ello es el documental “Rebelarse a los algoritmos: El dilema de las redes sociales”, mismo que está disponible en Netflix.
En este documental los personajes simulan ser grandes exfuncionarios de las empresas que dirigen redes sociales y hacen especial énfasis en las animaciones, sonidos, colores y demás estímulos a las que los usuarios nos vemos expuestos.
No solo comercian los datos, si no también buscan atrapar nuestra atención para que destinemos el mayor tiempo posible viendo la pantalla iluminada de nuestros dispositivos.
Las recomendaciones para la utilización de redes sociales están disponibles en centenares de páginas de internet, nos las comparten incluso en las aulas de clase, pero muchas veces hacemos caso omiso a ellas y permitimos que prácticamente las redes tengan el control de nuestro día a día.
Estas plataformas si bien nos acercan, nos informan y nos permiten compartir nuestra vida, son uno de los principales distractores que roban nuestra productividad y por otro lado ponen en peligro nuestra seguridad y en muchos casos la salud mental de nuestros adolescentes y jóvenes.
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El impacto en la niñez
En 2018 cuando Facebook lanzó Messenger Kids, más de 100 profesionales de salud y desarrollo infantil se pronunciaron exigiendo que los menores de edad no tuvieran acceso a esta herramienta.
Ante esta demanda Antigone Davis, quien se desempeñaba como directora de Seguridad Global de Facebook, declaró que como empresa consideraban que “es posible darles a los niños experiencias divertidas a la vez que ofrecemos tranquilidad a los padres”.
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Entre los argumentos de los profesionales para solicitar la revocación de esta medida estaba que los niños “no están preparados para tener cuentas en redes sociales”, pues no logran comprender las complejidades de las relaciones en internet.
Además los profesionales advirtieron que el uso de redes aumenta los niveles de depresión y ansiedad y fomentan problemas de nutrición debido a que muchos adolescentes idealizan la delgadez como una necesidad para sentirse bien, sin tener conciencia sobre el impacto que lograr esta figura puede tener en su salud.
No es la primera vez que le llueven críticas, demandas y sanciones a Facebook. En año pasado la Comisión de Competencia y Consumidores de Australia demandó a Facebook por usar la aplicación Onavo Protect VPN en 2016 y 2017 para recolectar y usar de manera “engañosa” datos personales.
Después de que Facebook adquirió en 2013 Onavo, con sede en Israel, dijo que la aplicación mantendría la actividad personal de sus usuarios y sus datos privados, pero Australia argumentó que la aplicación se utilizó para recopilar datos y así ayudar a las prácticas comerciales de Facebook.