Ante el evidente colapso del sistema de salud de Nicaragua y el alto índice de la tasa de infección por coronavirus, los médicos independientes Álvaro Ramírez y Miguel Orozco consideran que el método de “inmunidad del rebaño” que ha puesto en práctica el gobierno de Nicaragua como estrategia contra el coronavirus, no ha sido efectivo y debe ser cambiado por medidas como la cuarentena y cero aglomeración.
Según Ramírez, epidemiólogo y ex funcionario del Ministerio de Salud, en Suecia donde se puso en práctica este método inicialmente no dejaron que el virus entrada y corriera: “Suecia ha tomado muchas acciones para evitar que el virus se aumente” refiere el epidemiólogo.
Agregó que si en Nicaragua no se toman las medidas correspondientes de contención, se va a mantener con una tasa de reproducción del virus del 3 o 4 por ciento, siendo lo ideal mantenerla en 1 por ciento.
En este sentido Orozco refiere que el sistema de salud no debe “meterse a hacer lo que no debe por falta de recursos”, en relación a dos eventos contradictorios del gobierno: la falta de recursos y la promoción de eventos públicos potencialmente fuente de contagios masivos. Consideró que a estas alturas de la crisis se debería estar hablando de las medidas para salvar vidas y no de eventos públicos.
Además consideró que en Nicaragua “hubo una interpretación política de esa inmunidad (…) la cual ni de forma ética, ni sanitaria, ni epidemiológica era recomendable.”
Salvar vidas
“No es momento de políticas sino de salvar vidas, todos tenemos una responsabilidad en la sociedad” dijo Ramírez e hizo un llamado al gobierno y a la ciudadanía a tomar acciones para salvar vidas urgentes, entre ellas la organización de un comité de emergencia sanitaria, la organización comunitaria, apoyo de las familias afectadas e incluso la identificación de países amigos.
Recomendó a las familias “ser la primera línea de defensa” contra el coronavirus, pues de esa forma se podrá disminuir la afluencia de pacientes a los hospitales.
Al mismo el especialista comparó el gasto de salud por cápita de Nicaragua que asciende a 445 dólares con el de Suecia que alcanza los 5,219 dólares, “la inversión en salud en Suecia es 10 0 15 veces mayor que el de Nicaragua y goza de uno de los mejores sistemas de salud del mundo”, mencionó Ramírez.
Pasó un siglo
Orozco plantó que la crisis de coronavirus es la primera después de más de un siglo y a pesar que nos encuentra con agencias especializadas en temas sanitarios y avances tecnológicos “nos ha enseñado que los sistemas de salud y la vigilancia epidemiológica son débiles” y que además no existen mecanismos de cooperación para afrontar estas emergencias.
El experto añadió, que a estas alturas de crisis no podés esperar que nadie te venga ayudar, pues los países están todavía previendo otro brote y cómo lo van a enfrentar.
Lamentó que no se hayan tomado medidas correspondientes antes que llegara el virus pues ya se tenía el ejemplo de cómo se desarrolló en otros países y hubo oportunidad de prepararse.
Finalmente recordó que como país estamos entrando a una etapa compleja, en la que cada familia debe tener su estrategia para reducir la angustia y aunque el manejo que se le ha dado en Nicaragua no fue el más afortunado, nos toca prepararnos, reconocer las capacidades y aprovechar las experiencias de otros países, recomendó Orozco.