A casi todos, en algún momento, nos ha llegado un mensaje así: “Fulano de tal, pariente de Sutano de tal, está con coronavirus y lo tienen canalizado en el hospital Mengano, pero no lo quieren hacer público”. Este es un ejemplo de infodemia.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a infodemia? Literal entrevistó a tres periodistas profesionales sobre el tema y las claves para enfrentar este fenómeno nocivo para la sociedad.
Laura Marina Rodríguez, periodista y catedrática, directora del canal de YouTube Español en Casa, nos explica desde su experiencia algunas claves para entender y combatir la infodemia.
“La infodemia es un término que acuñó la Organización Mundial de la Salud (OMS) para describir la ola de rumores y desinformación que existe sobre el Covid-19 y es lógico, porque en un mundo que privilegia la inmediatez y las redes sociales sobre los artículos científicos y las fuentes verificadas, es normal que información falsa llegue a nuestros grupos de WhatsApp o a nuestras redes sociales causando mucha desinformación y ansiedad”, dijo Rodríguez.
“En el caso de Español en Casa, nosotros seguimos un estricto proceso de selección de la información antes de hacer nuestros videos educativos. Lo primero importante es que la información que reproducimos provenga de un sitio web confiable, de un medio de comunicación de tradición que nos inspire credibilidad y de fuentes médicas bibliográficas (ya sea libros o revistas médicas de prestigio)”, narra la youtuber.
Verificar, verificar y verificar
“Lo segundo, es identificar en ese artículo periodístico o de investigación el lugar y la fecha donde se originó, porque cuando hay una información sin fecha ni lugar, esa información deja de ser confiable. Además, en muchos casos, esa información es antigua, o pasó en otro país, y eso nos hace desechar la información”, explica Rodríguez.
“Lo tercero que hacemos como plataforma responsable es buscar la versión de al menos dos médicos que nos garanticen que la información que vamos a reproducir y a grabar en cámara, es verificada. Si esto no es posible porque los médicos aún no tienen esa información (en el caso del Covid-19 por ejemplo, se habla mucho de tratamientos como Interferón, Hidroxicloroquina y Azitromicina, pero todos los científicos coinciden en que eso está en fase experimental, y por tanto, no hay cura hasta el momento) preferimos no difundir esa información o decir en cámara precisamente eso, que todo está en fase de investigación, y por tanto, aún no hay nada concluyente”.
Lo cuarto que hace Español en Casa es identificar la persona que escribió ese artículo: “esa fuente que está originando esa información, porque es muy común encontrar en la web artículos sin firma, y eso lo pudo escribir cualquiera”.
Dudar de los titulares engañosos
Una quinta medida de Español en Casa es que si la información encontrada tiene un titular demasiado bueno para ser verdad (por ejemplo, se descubre vacuna contra el Covid-19 o remedio milagroso contra el Covid-19), eso nos hace sospechar automáticamente y tomar distancia de esa fuente.
Eso la lleva a un sexto paso: contrastar esos datos con al menos 3 sitios web de prestigio (OMS, OPS, el hospital Johns Hopkins Medicine, otros) para ver si en efecto la información está respaldada científicamente.
Lo séptimo, es ver si el estudio que usan como fuente para sus tutoriales tiene fiabilidad científica, es decir, si incluye muestra, análisis estadísticos, grupos control y metodología del levantamiento de datos.
El método Hurtado
Jorge Hurtado, periodista y corresponsal de la prensa internacional en Nicaragua, explicó que el término infodemia si bien se ha puesto de moda en los últimos días por la pandemia del coronavirus, realmente se acuña desde finales de los años 90 y recientemente la OMS lo ha rescatado para combatirlo pues se considera como otro virus, por lo nocivo que resulta para la salud mental.
Para combatir la desinformación Hurtado nos explica su método.
Verificar los hechos: Si bien es cierto que existen muchos métodos y herramientas digitales gratuitas para comprobar una noticia o acontecimiento, lo inmediato es rastrear los hechos en el terreno, en la medida que esto sea posible.
“Si por ejemplo se está quemando un edificio, nosotros no solamente debemos quedarnos viendo el humo del edificio de largo, se trata de ir, buscar diversos ángulos, buscar esas fuentes que nos confirmen que eso en realidad está sucediendo”, enfatiza Hurtado.
Sentido común: Tenemos que sentarnos a reflexionar antes de compartir cualquier información y antes de someterla a procesos y herramientas de verificación.
“Debemos darnos un minuto o todos los que sean necesarios para pensar si la información que estamos leyendo tiene alguna lógica en el contexto que estamos viviendo, o si sencillamente es algo que nos llega y nos está causando alguna emoción”, dice Hurtado.
Según, Hurtado hay que preguntarse: ¿es algo que confirma alguna teoría que la mayoría de las personas ya tenían?
No dejarse llevar por la emoción
Hurtado lamentó que muchas veces la gente termina compartiendo cosas porque se siente identificada, le causan sorpresa, algún rechazo, ansiedad, tristeza.
“Compartimos o nos guiamos por lo que la mayoría de personas esté sintiendo y es ahí donde cometemos el error de caer en la desinformación”, insiste Hurtado.
El periodista aludió que a nivel de Centroamérica hay muy pocos esfuerzos exclusivos para verificar datos, los más cercanos están en México y los medios de comunicación que hacen su esfuerzo a través de su planilla de periodistas.
Hurtado agregó que la poca cantidad de esfuerzos se debe en gran manera a la crisis que están viviendo los medios de comunicación.
Zona de desinformación
“Hay algunos medios que sí, están liderando esfuerzos para contrarrestar la desinformación, pero lo hacen a través de notas específicas, no de una plataforma o un medio exclusivo”, explica.
Añadió que Centroamérica es una zona donde se cultiva mucha desinformación debido a los contextos políticos que existen y a la polarización en nuestros países y se juega mucho a promover desinformación para tratar de ganar réditos políticos.
Hurtado plantea también que en este momento de pandemia, igual que en 2018 cuando hubo un conflicto sociopolítico, la desinformación toma de nuevo auge, las personas comienzan compartir desinformación y en muchas ocasiones el ciudadano cae por desconocimiento o porque le crea una reacción natural en medio de una crisis, pero en otras ocasiones también hay una intención detrás de promover noticias falsas y desinformación.
“Lo que menos se necesita en cualquier momento de crisis, es tener a gente alterada y estresada”, enfatiza Hurtado quien el 12 de Mayo estará brindando el webinar gratuito “Guía contra la desinformación” para combatir la infodemia y resguardar la salud mental (Podés inscribirte en https://jorgehurtado.net/).
Infodemia bajo La Lupa
Para Maryorit Guevara, periodista y bloguera, directora de La Lupa, la principal estrategia contra la infodemia es educar a las audiencias en consumo de medios.
“Lo primero es promover un espíritu crítico de la población frente a los medios, y frente a cualquier información que llegue a sus manos, para que de esta forma sean un muro de contención frente a la desinformación”, dice Guevara.
“La gente como mínimo debe revisar la fuente de la información que está consumiendo, pero además identificar el emisor de esta información. ¿Quién es? ¿Es creíble? ¿Es un emisor de información con reconocido, creíble, fiable?”, cuestiona Guevara, quien además aconseja leer más allá de los titulares.
“Por que con el afán del clickbait incluso muchos medios abusan y enganchan a la audiencia con títulos falsos que no son desarrollados en el contenido de la noticia.
Yo siempre digo que toca hacer frente a los medios mismos y a cualquier información: cuestionar, desconfiar, ampliar, es decir buscar la misma información en otros medios porque si es un hecho de interés general deberán diferentes medios retomarla”, aconseja la directora de La Lupa.
Identificar instituciones creíbles
Literal, por su parte, aconseja a las audiencias identificar no solo a medios responsables, sino también a instituciones civiles, oficiales y no gubernamentales que aportan información confiable para seguirle la pista a la pandemia.
Algunas de estas instituciones locales son la Fundación Violeta Barrios Chamorro, una organización civil e independiente que defiende la libertad de expresión, el acceso a la información pública, demanda la transparencia de datos estatales, que impulsa iniciativas ciudadanas que promueven los valores democráticos, el desarrollo social, educación para el cambio y la excelencia periodística.
Otra institución es la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, una institución de pensamiento independiente que promueve el desarrollo del país y realiza estudios socioeconómicos de gran impacto, al igual que el Centro de Investigación de la Comunicación (CINCO) y otras instancias de la sociedad civil que realizan estudios y análisis de las situaciones locales.