En los más de 360 isletas de Granada, en el gran lago de Nicaragua habitan, en su mayoría, familias que se dedican a cuidar las propiedades que adquirieron personas nacionales y extranjeras que llegan a vacacionar en temporadas especiales para disfrutar de las bellezas naturales de este destino turístico de Nicaragua.
Dentro de la vida cotidiana de estas familias está la labor de pesca, que se convierte en su principal actividad económica.
Pero como en todo hogar, a diario se produce basura, principalmente botellas y bolsas plásticas, que son unos de los mayores contaminantes de los recursos hídricos y especies marinas.
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Problemas con desechos sólidos
La alcaldía de Granada no tiene ningún proyecto de recolección de los desechos sólidos que se producen en las isletas, detalla la concejal del extinto partido Ciudadanos por la Libertad, Sorayda Abea.
Ella asegura que nunca ha tenido información si los camiones recolectores llegan al puerto de Asese a recolectar la basura que se produce en los paradisíacos islotes.
“He recorrido la marina Cocibolca y no he observado un camión de la alcaldía recolectando la basura que se produce en las isletas, vemos que la gente busca con sus propios recursos, cómo deshacerse de los desechos sólidos de maneras que no son correctas. Las autoridades deben buscar estrategias que ayuden a solucionar esta problemática ambiental”.
Sorayda Abea

Turismo contaminante
Aunque del turismo se dice que es la industria verde, en Granada no parece suceder así.
Los lugareños expusieron que no sólo ellos contaminan las aguas con desechos sólidos.
Aducen que muchos visitantes que llegan a recorrer las isletas o a vacacionar lanzan al lago de manera irresponsable la basura que producen.
“En los servicios de recorrido en lancha que ofrecemos a los visitantes he visto casos de algunas personas que lanzan al agua bolsas plásticas y hasta latas de cerveza sin importarles el daño que le ocasionan al lago”, denunció el lanchero Pablo López.
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Queman el plástico que se produce en los islotes
Doña Rosa María López tiene 67 años, ha vivido desde siempre en una pequeña isla que se ubica frente a las laderas del volcán Mombacho.
Aunque recibe constantes ofertas de compra de su casa, asegura que la preservará hasta su muerte por ser el lugar donde crió a sus siete hijos y ser el patrimonio que sus padres le heredaron.
Ella, al igual que el resto de familias que habitan en estos bellos lugares, tienen como práctica quemar la basura que producen a diario.
Botellas plásticas de bebidas gaseosas y bolsas que les entregan en pulperías y en el mercado municipal al momento de realizar sus compras son incineradas al aire libre.

Basura quemada, enterrada y flotante
La medida la toman ante la falta del servicio de recolección por parte de las autoridades locales.
“Nosotros recogemos la basura y cuando tenemos suficiente la quemamos, para evitar que se vaya al lago, porque el agua debe estar limpia, porque la utilizamos, para lavar la ropa y los trastes, mientras que el agua para tomar tenemos que traerla de las casas que están en el puerto,” relata doña Rosa María.
Por su parte, Maryela Mallorquín asegura que la quema de las bolsas plásticas y hasta envolturas de golosinas es una práctica cotidiana de las familias en las isletas.
Ella lamenta que muchos habitantes al momento de movilizarse en sus lanchas y botes, tienen la mala práctica de tirar basura al agua y esta luego aparece a orillas de la costas.
También reveló que otra de las alternativas que tienen las familias para desaparecer la basura es enterrarla.
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Recicladores ayudan a la preservación del recurso hídrico
En estos últimos meses del año la actividad de la pesca resulta poco rentable para estas familias, ante la sobrepesca en el gran lago de Nicaragua que provoca una escasez de peces, principalmente la tilapia y el guapote.
Las faenas no cesan, porque la venta de pescado resulta la principal fuente de ingresos de estas personas.
Recientemente a los puertos de la isla llegan recicladores que ofrecen comprar el plástico a diez córdobas la libra.
Con esta oferta decenas de pescadores utilizan sus lanchas, para llegar a las costas del lago a buscar botellas, como una alternativa para obtener dinero extra y llevar el alimento a su hogar.

Buena alternativa ecológica
La bióloga Yadira Marenco mostró su optimismo al conocer que las botellas plásticas están siendo retiradas de las costas por los recicladores, pues de esta manera se evita que estos contaminantes lleguen a parar al mar, a través del río San Juan que desemboca sus aguas en el mar Caribe.
“Es una buena alternativa, porque quemar el plástico es un problema grave, para la contaminación atmosférica, así como para la salud humana y animal, tampoco es correcto enterrar el plástico, porque tarda más de trescientos años en degradarse al ser derivado del petróleo”, sostiene.
La ambientalista espera que el proyecto de compra de botellas plásticas en las isletas de Granada se mantenga a largo plazo y no sea circunstancial, por los elevados precios del petróleo en los mercados internacionales.
Reciclaje ecológico en isletas de Granada
“Conocemos de empresas que se dedican a la elaboración de muebles y sillas plásticas por lo cual la actividad de recolección de las botellas es rentable, debemos saber que al retirar una pichinga plástica, también evitamos que un pez muera al introducirse en ella, por eso insto a los productores a no lanzar estos envases al agua”.
Yadira Marenco, bióloga
El pescador José Feliciano Zambrana asegura que muchos pescadores recorren los hogares y riberas del lago en busca de los envases plásticos, para llevarlos a vender y conseguir un dinero extra para sufragar los gastos del hogar.
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Reducción de plástico
“Hace poco en las riberas del lago, por el sector del volcán Mombacho, era enorme la cantidad de botellas plásticas que se observaba, pero ahora que las están comprando se redujo considerablemente”, dice Feliciano.
“Esperamos que sigan así (reciclando) porque antes a nadie le importaba que estuviera esa basura tirada. Otra de las problemáticas son los envases de agroquímicos que arrastra el río Ochomogo”, relató Feliciano.
Los expertos en temas ambientales esperan que las autoridades desarrollen una campaña permanente para cuidar una de las bellezas naturales más conocidas de Nicaragua.
Ellos esperan crear conciencia en lugareños y visitantes, para evitar que lancen desechos sólidos al lago Cocibolca y preservar este importante recurso hídrico de Nicaragua.