Desde 1992 Julia Ríos es corresponsal de la Agencia Francesa de Prensa (AFP). Sus respuestas a las consultas de Literal son muy precisas y dejan entrever a una profesional empoderada que considera que cada periodista vive y desarrolla su propia experiencia.
Ríos afirma que pese a las prisas con las que hay que trabajar, en todos sus años como corresponsal, no ha tenido ni un solo desmentido y tampoco ha tenido que retractarse por alguna información equivocada.
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“No busque ser corresponsal y cuando se presentó la oportunidad lo tomé como una forma de cumplir mi deseo de dedicarme al periodismo escrito, la radio fue una buena experiencia pero no me llenaba”, relata Ríos.
Agrega que egresó de la carrera de Periodismo en 1984, trabajó en el extinto diario Barricada, y luego en Radio La Primerísima por cinco años.“En 1990, junto con varios compañeros que fuimos al desempleo, emprendimos un noticiero de mediodía, llamado Trece Horas, en esa misma emisora, con bastante buen suceso.”
Finalmente fue contratada en AFP y desde entonces, sigue ahí.

Aprendizaje constante
La periodista relata que su trabajo se ha desarrollado de forma única en Nicaragua, cuya cobertura ha sido muy intensa dada la agitada situación política, social y fenómenos naturales que han sucedido en estos 28 años de cobertura ajetreada.
“En AFP, he trabajado de cerca con periodistas de otros países con vasta experiencia, de los que he aprendido mucho también”, dice a Literal, explicando los pormenores del trabajo de los corresponsales de prensa extranjera en Nicaragua.
“A veces es intimidante, ponerte a escribir a la par de un avezado periodista, sobre un mismo tema, aunque en diferente idioma y que grato es coincidir en el enfoque, partiendo que se hace para un lector que no conoce todo sobre el país”, advierte Ríos.
Cobertura 24/7
Julia enfatiza que en la corresponsalía no hay horario de trabajo, se es periodista las 24 horas y los siete días de la semana.
“Es un trabajo bastante dedicado. En el tiempo que no había celular y el internet nada que ver con lo que hay ahora, había que permanecer cerca de un teléfono, de la computadora y ni que decir el monitoreo de la radio y noticieros de la televisión. Eso era muchas horas de oficina, que podían extenderse, según la situación que se estuviera cubriendo”, recuerda.
Añade que en muchas ocasiones ha amanecido frente a la computadora o ha abandonado la cama casi somnolienta para enviar información que no puede esperar más tarde.
¿Cómo funciona el proceso de trabajo de un corresponsal?
A esta consulta, Ríos explica que en Managua son dos periodistas, un fotógrafo y un camarógrafo de AFP.
“Tenemos libertad para hacer propuestas para cobertura de temas variados que pueden ser desde políticos, culturales, económicos, sociedad, religiosos, clima, salud, deportes, curiosidades. O sea, de todo un poco.”
Respecto a las fuentes, describe que tampoco están condicionadas y es más que una obligación acudir a todas las posibles, sin distingo de ninguna clase.
No hay “cuota” de notas a cumplir y aunque la temática es variada debe ser de interés.
Ríos asegura que la importancia de una información no está dada por su extensión, pues a veces una pequeña nota, puede tener tanto o más impacto que una de gran amplitud.

Dos filtros para cada nota
El corresponsal, que esta sobre el terreno (país) tiene la primera responsabilidad sobre lo que se informa, pero previamente se ha conversado con el jefe de redacción/editor, revela Ríos y agrega que el material enviado pasa dos ediciones, que son una especie de filtro de rigor de agencia.
“Una en San José (Costa Rica) para el caso de las noticias centroamericanas y la segunda, en Montevideo (Uruguay), esta última es sobre la que recae toda la producción en español de AFP. Al final es un trabajo en equipo”, advierte Julia.
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Declara además que cuando son temas coyunturales de gran impacto internacional, como fue el caso de las protestas de 2018, la jornada es continua y no se puede dejar para mañana o más tarde ninguna situación por poco importante que parezca.
“Por ejemplo, en el caso de elecciones presidenciales, son casi 24 horas de trabajo, porque aquí se dan resultados casi al amanecer, toca esperar y luego generar la información más allá de decir quien ganó o perdió”.
Según Ríos en lo posible se envía la agenda para el día siguiente y los planes de cobertura para una semana o más.

Las lecciones del oficio
La periodista considera que ha conocido y vivido de cerca parte del desarrollo del trabajo de agencia internacional de los últimos 28 años, que ha sido vertiginoso por las nuevas formas de comunicación.
“Ahora cuando se quiere enviar una noticia ésta ya está en las redes sociales, pero nos queda la tarea de verificar que sea cierta y también hay que estar más alerta”, señala Julia.
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Además, expone que en casos de gran tribulación que ha pasado el país, como fue el huracán Mitch, algunas organizaciones no gubernamentales que leían la información que enviábamos desde Managua, nos llamaban para tener más información para organizar sus ayudas.
Finalmente, Ríos confiesa que algo que le ha gustado mucho de escribir para una agencia “es que no hay que estar sujeto a intereses políticos, económicos”.