La actual pandemia ha revelado múltiples temas en diferentes aspectos de la vida cotidiana. Entre ellos el del acceso al internet como un derecho humano, la reafirmación del Periodismo Ciudadano como una práctica de la horizontalidad informativa y la urgencia de tener más información científica. Los tres temas antes mencionados podrían debatirse por separado, por aquí algunas ideas de la relación que tienen los tres.
En el año 2016 el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una resolución sobre la promoción, protección y el disfrute de los derechos humanos en Internet. En dicho documento se establece que el acceso a Internet es considerado un derecho básico de las personas.
El internet como derecho humano
En la resolución se exhortaba a los países a proveer a la ciudadanía con acceso al internet para ser considerado un derecho básico de todos los seres humanos.
Hubo países en ese momento, como Rusia y China, que se opusieron a dicha resolución.
En la actualidad mientras existen muchos países de África y Asia con muchas restricciones para el uso del internet; en Finlandia, Canadá, Israel, Corea del Sur y Estonia, las leyes definen que el internet es un derecho básico de su ciudadanía.
En dichos lugares, más del 80% de la población tiene conectividad a la red. Los finlandeses incluso establecieron hace 10 años que el acceso a la banda ancha del internet se convertiría en un derecho fundamental de sus habitantes.
La actual crisis causada por el Covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de que toda persona sin distingo de raza o credo tenga acceso al internet para obtener y compartir información sobre la pandemia y también puede desarrollar sus labores así como seguir su educación.
Abran paso al Periodismo Ciudadano
Con la crisis también se ha reafirmado la necesidad de que las personas obtengan información útil y se la compartan por sus propios medios sin intermediarios.
Principio básico por el cual surgió el llamado periodismo ciudadano en época de la revolución industrial cuando obreros crearon su propio periódico.
Posteriormente se verían experiencias no solo de medio impresos de carácter comunitario, sino también emisoras y hasta canales de televisión que transmitían otro tipo de información alejada de los consorcios informativos donde se mezclaban intereses políticos con los comerciales.
El internet y la proliferación de espacios en la Web han facilitado que muchas personas crean y compartan información que consideran importante. Alguna de esta información ha sido criticada por el sesgo y la manipulación que lleva, pero otra ha causado impacto en diseminando datos que muchas veces se quieren ocultar.
Por otro lado esta nueva práctica de periodismo ciudadano ha logrado multiplicar la diversidad de voces ciudadana en contraste con el fenómeno de monopolio que suele ocurrir con los llamados líderes de opinión pública.
La hora del periodismo científico
Finalmente, la pandemia ha reafirmado la necesidad de producir y difundir de manera masiva información de carácter científica, la cual suele verse publicada en espacios reducidos y con lenguaje difícil de comprender.
Hoy es muy común que las personas conversen de virus, problemas respiratorios, medidas preventivas, muestreo rápido, distanciamiento social, personas asintomáticas entre otros términos que se han compartido a raíz de esta crisis sanitaria.
Ciertamente, el periodismo científico es quizás de los menos practicados a nivel mundial, pero creo que este contexto, la necesidad de la población por obtener información actualizada sobre la evolución de la pandemia y la masificación que permite el internet para expandir información, brindan una buena opción para que la sociedad incluya entre sus hábitos de consumo informativo el de los temas científicos.
Artículo de opinión de Gonzalo Norori Gómez. El autor es Periodista y Profesor de Comunicación Social.