En la Managua de los años noventa, una niña, la menor de cuatro hermanos, juega a presentar noticias inventadas en el comedor de su casa. Le gustan las letras, no le intimidan las cámaras y, todavía no lo sabe, pero años después su nombre Cindy Giselle Regidor Rodríguez se escuchará diario en la revista matutina y en el noticiero de mediodía de uno de los canales más populares de su país. Entonces sabrá que a veces los juegos infantiles se hacen realidad.
Pero lo primero fue la disciplina y la exigencia. “Mi mamá era maestra empírica y siempre nos ponía a estudiar y nos exigía notas de noventa para arriba. Una vez en cuarto grado saqué 89 en una clase y me puse a llorar porque no sabía qué le iba a decir a mi mama cuando viera ese 89, pero eso sirvió porque me dejó siempre presente lo importante que era no solo ser inteligente, si no también demostrarlo”.
La Prensa y la televisión
La misma niña que jugaba a presentar noticias, luego se convirtió en lectora del diario La Prensa y a los 18 años, siendo estudiante de Comunicación Social, empezó a hacer prácticas en ese diario.
“Me pagaban 70 córdobas por nota publicada. Empecé en los suplementos, en Aquí entre nos, en Nosotras, en Revista y paralelo los fines de semana tenía otro trabajo que eran unas cápsulas de un minuto que la gente todavía las recuerda y que se llamaban De gira con Canal 10”, rememora.
Gracias a esto, cuando a los 21 años dejó La Prensa y canal 10 e inició su experiencia en canal 2, ya no era una cara desconocida.
Cindy (Managua, 1989) cuenta que en el canal 2, “el salto salarial fue el doble, para mí en ese período era un montón de dinero, me emocionó mucho, hizo una gran diferencia en mi vida porque ya podía aspirar a ciertas cosas, por ejemplo, a tener vehículo propio, que lo pude hacer. Además, la exposición que tenía porque en ese tiempo la revista matutina Primera Hora era el programa de referencia a nivel nacional”.
En este programa realizado en vivo y que tenía tres horas de duración, Cindy compartió set y pantalla con Berta Valle, Celia Camacho, Odhalya Fernández e Iván Peña. Ella califica esta época como “una escuela” donde “casi todo se improvisaba”.
El siguiente paso fue presentar la edición de mediodía de TV Noticias, en el mismo canal 2, cuando ese medio era uno de los más importantes y creíbles del país.
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El dilema entre la presentadora y la periodista
Rodeada de árboles en el jardín de su casa en San José, Costa Rica, Cindy evoca este lapso de su carrera como una dualidad. Por un lado, en las mañanas era conductora de una revista donde se tocaban temas más ligeros y al mediodía pasaba a presentar las noticias serias del país.
“Yo venía de Periodismo light, de temas de cultura, moda y estaba bonito y bien, pero yo quería hacer periodismo duro. Tenía interés en definir mi perfil, aparte que podía ser un poquito confuso para la audiencia”.
“Ahora que lo veo con una perspectiva feminista, también había cierta presión de la sociedad por encasillarte y hubo algunos momentos en TV Noticias donde tal vez había una última hora y me ponían a un compañero al lado y me daba la impresión que tenía que ver con una lógica de creer que tal vez no iba a estar lista para asumir un reto así”.
Al fragor del periodismo duro
Sin embargo, este conflicto terminó en 2013 cuando se concretó la venta de canal 2 “a gente afín del gobierno o a gente del gobierno y por lo tanto el medio se iba a transformar e iba a ser pura propaganda y decidí salirme antes de que eso ocurriera”… Y ocurrió.
Su deseo de hacer periodismo duro se vio cumplido en un regreso a sus orígenes: En el diario La Prensa, que en aquel tiempo empezaba La Prensa TV, el primer noticiero en línea de Nicaragua.
“Aquí ya me tiré al reporteo de calle, la Asamblea, protestas y fue otra etapa de aprendizaje intensivo porque además no había recursos y tenía que hacer todo: Uno iba con su cámara, con el micrófono, tenía que correr con el trípode, llegar a la redacción y editar la nota”, explica.
Amor, vida y crisis siendo migrante
En 2015, después de año y medio en La Prensa TV, Cindy decide migrar a Costa Rica donde residía y trabajaba su novio Sean de origen canadiense, con quien se casó ese mismo año. “Pasamos un año en una relación a distancia, con viajes los fines de semana, sobre todo de él hacia Nicaragua”.
En Costa Rica Cindy además cumplió su meta de estudiar una maestría en Estudios de medios de comunicación, paz y conflicto en la Universidad para la Paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Es una universidad pequeña, solo ofrece programas de maestría y doctorados y tenés 120 estudiantes de 80 países, fue una experiencia transformadora, me abrió los ojos para entender el mundo en un plano muchísimo más amplio, me enseñó sobre ética, tratamiento de fuentes, Periodismo de Derechos Humanos”.
El peor fin de semana de su vida
El 19 de abril de 2018, Cindy llegó a Nicaragua de visita.
El día anterior el gobierno había reprimido con violencia las protestas ciudadanas contra las reformas a la Seguridad Social “y cuando yo llegué ya se sentía que empezaba a aflorar el caos. Salí con mi mamá a hacer unos mandados, nos quedamos atrapadas en Metrocentro porque había gente protestando, otros que los querían golpear, intenté hacer unos videos de la Juventud Sandinista en la estatua de Alexis Argüello y casi me roban el celular y decidimos con mi esposo que era mejor regresarme ese mismo día porque no sabíamos si luego me iba a ver impedida de salir”.
Ese fin de semana Cindy lo describe como “uno de los peores o el peor” de su vida y a raíz de ahí se dedicó a redactar y ofrecer notas a medios internacionales para tratar de reportar de alguna manera lo que pasaba en su país, sin embargo, para el segundo día del primer Diálogo Nacional volvió a Managua, a cubrir el desarrollo del mismo para la agencia francesa de noticias France 24. Fue su primer trabajo con ellos.

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En la misma sala con Daniel Ortega
Gracias a France 24, en septiembre de 2018 Cindy logró entrar, junto a otro periodista y un equipo de producción a El Carmen, la residencia de Daniel Ortega para realizar una entrevista.
“Algo que no he contado antes es que estuve en esta entrevista que hizo mi colega extranjero y fue bastante surreal para mí. Ayudé en el proceso de producción, a traducir con los muchachos camarógrafos, darles perspectiva de Nicaragua, etcétera”.
“Estuvimos en un hotel con mucha seguridad, que no tengo duda que era Seguridad del Estado, luego tuvimos un almuerzo con el canciller y el vicecanciller en Cancillería donde ellos presentaron su versión de lo que estaba sucediendo. Fue un almuerzo típico nicaragüense, creo que el postre fueron buñuelos”.
De su visita a El Carmen destaca que “fue muy difícil presenciar la entrevista y sentir que uno puede decir y cuestionar y refutar y no poder hacerlo porque no era ese mi papel. Fue uno de los momentos en que puse a prueba mi temple. Rosario me saludó al final, me dijo gracias por acompañarnos, Daniel al final también se acercó a saludar y a preguntar si yo venía de Francia, como a hacer una broma, fue muy raro. Su dinámica es muy familiar, las únicas personas que estaban ahí eran sus hijos, que estaban sentados atrás. También recuerdo las intervenciones de Rosario desde la silla, diciendo alguna cosa que quería corregir”.
“Cuando salí me preocupaba que me tuvieran en la mira, pensaba en mi familia, sentía un poquito de angustia y también por eso no conté nada, pero eso fue hace dos años”, puntualiza.
Trabajar para visibilizar a los migrantes
Actualmente Cindy colabora con Confidencial de Nicaragua y es corresponsal de France 24 en Costa Rica, aunque también ha cubierto eventos en El Salvador y Guatemala, donde entrevistó al presidente Alejandro Giammattei luego de haber sido electo.
En Costa Rica también entrevistó a su presidente, Carlos Alvarado.
“A nivel periodístico la experiencia en Costa Rica impacta un montón, a mí todavía hoy día me parece impresionante que yo pueda llamar al canciller o al ministro de Trabajo y que me diga sí, mañana véngase porque en Nicaragua nunca tuve la oportunidad de hablar con un funcionario público”.
En los zapatos de los migrantes
Cindy tiene un rostro muy expresivo y rompe los segundos de silencio después de contar una anécdota con una risa. Mientras conversamos no pierde el hilo ni siquiera cuando de fondo se oyen los ladridos de sus mascotas: Chiquita, Chocobanano y Blue.
Un tema que le interesa especialmente es el de la migración. “Los migrantes estamos invisibles en el país donde vivimos e invisibles en el país de donde somos porque en Nicaragua te fuiste y ya no existís y en Costa Rica no sos ciudadano y no podés opinar”, señala con cierto malestar.
“Por eso quiero hacer un proyecto permanente de cobertura de la migración nicaragüense, vamos a hacerlo con Confidencial y me encantaría que se tradujera en una participación y un rol político mucho más activo de nosotros que aportamos tanto económicamente como de otras maneras a los países donde estamos”.
Detrás de ella ya casi ha anochecido por completo y las hojas verdes de los árboles que la rodean ahora se ven oscuras. Dentro de sus metas para el futuro Cindy también dice que no quiere dejar de reportar sobre Nicaragua y a continuación se ríe. “Yo bromeo con mis amigas porque les digo que esa es mi relación codependiente, con Nicaragua”.
