El término de Modernidad Líquida, se ha venido desarrollando y estudiando durante las últimas dos décadas del nuevo siglo, cuando internet y las redes sociales han cobrado popularidad. Sin estos elementos, este tipo de modernidad no sería posible.
El principal exponente del término, fue el sociólogo polaco Zymunt Bauman, quien definió este fenómeno en su libro la Modernidad Líquida como “el descompromiso, efusividad, huida fácil y persecución sin esperanzas en la vida misma. Acá dominan los más elusivos, los que tienen libertad para moverse a su antojo”.
Este término hace referencia, al actual momento de la historia en que las realidades solidas que se han construido se desvanecen, y en la que los usuarios están pendientes de las novedades y se niegan a todo lo estático sobre todo cuando se trata de información y educación.
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El internet, los dispositivos móviles y las redes sociales son los que mantienen la actualización en la vida cotidiana con las noticias, las fotografías, los videos y demás elementos que modernizan el presente.

Cultura cibernauta
El sociólogo e investigador Manuel Castells, hace alusión al impacto social y cultural que ha tenido el internet y afirma que “los cambios sociales son tan espectaculares como los procesos tecnológicos”.
Lo que quiere decir que las relaciones sociales se adaptan junto a las actualizaciones de la tecnología y a la forma de vida de los usuarios.
Castells, agrega que internet tiene efectos muy importantes. Por un lado sobre la innovación y, por otro lado, sobre el desarrollo de nuevas formas culturales.
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Liquidez en redes sociales
La psicóloga Isabel Galeano Tenorio, explicó a Literal, que las personas en general sin importar la edad, el sexo, posición política, cultura o país; casi siempre seguimos patrones de comportamiento para compartir determinada temática en redes.
“Nos dejamos llevar por tópicos que están a la moda, ya que, se siente la necesidad de complacer el deseo de estar con lo último en noticias y de alguna manera ser aceptados socialmente de manera virtual”.

La experta explicó que prueba de ello son los memes, vídeos y demás que se presentan en las redes sociales y las personas usuarios comparten sin ningún fin de aprendizaje, sino como recreación.
“No se sostienen tópicos que abran paso a debate y al pensamiento crítico que desarrolle a la sociedad”, concluyó Galeano.