Antes de la pandemia del Covid-19, a nivel mundial 483 millones de niños presentaban dificultades en la lectura. Para 2020 la cifra aumentó a 584 millones, según un estudio presentado en marzo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco).
La pandemia tomó por sorpresa al mundo entero, con la propagación del virus los centros educativos cerraron sus puertas; algunas escuelas comenzaron clases virtuales mientras que otras las suspendieron totalmente.
El aprendizaje de la niñez es vital para el futuro
El informe de la Unesco aclara que el desarrollo de competencias de aprendizaje en la niñez es relevante para su vida adulta. El aprendizaje deficiente durante el 2020 tendría repercusiones en los siguientes años escolares. “Se estima que las pérdidas de aprendizaje asociadas con la pandemia reducirían el porcentaje de niños competentes en el nivel de tercer grado al 49%”, detalla el informe.
De acuerdo con el informe, el déficit de aprendizaje durante la pandemia podría condicionar el desarrollo económico de los países, pues las consecuencias en la calidad de lo aprendido trascenderían por décadas afectando a los niños en su vida adulta.
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Las afectaciones no son únicamente para la niñez en edad escolar, según el estudio los infantes que estuvieron en el útero en 2020 tendrían “una perdida cognitiva”. Agrega que “los efectos en el útero de un shock socioeconómico pueden ser sorprendentemente persistentes”.
Estudios realizados con niños que estuvieron en el útero durante crisis económicas, desastres naturales o guerras, indican que hay incidencias en su aprendizaje.
“Estar en el útero durante una sequía en la India resultó en puntajes de lectura en el nivel primario que estaban 0.04 desviaciones estándar por debajo de la norma”, ejemplifica Unesco.
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Las clases no vuelven a la normalidad
Según Unesco las clases se han retomado apenas en 107 países, y atienden aproximadamente 400 millones de estudiantes en preescolar y secundaria. Por otro lado, hay 165 millones de alumnos afectados por el cierre de escuelas en 30 países.
Unos 1000 millones de alumnos en todo el mundo son afectados por la suspensión parcial de clases.
De hecho, el estudio explica que volver a la trayectoria original de aprendizaje podría ocurrir en 2030 o 2031 pero “de una manera muy optimista” suponiendo que hay “una aceleración del aprendizaje de 20%”, el retorno a la trayectoria original podría darse en 2024 o 2027.
El pasado 29 de marzo la Unesco organizó una reunión a nivel mundial para discutir la reapertura de las escuelas y el apoyo a los maestros, pues aún no son parte de los grupos prioritarios para recibir la vacuna contra el Covid-19.
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Nicaragua no cerró escuelas públicas
El estudio posiciona a Nicaragua como uno de los países de la región en el que menos se perdió clases debido a la pandemia. Sin embargo, este indicador no es necesariamente favorable, pues en ese contexto muchos padres decidieron no enviar a sus hijos a clases, para protegerlos del virus.
Los padres a través de redes sociales han denunciado hacinamiento en las aulas de clases, falta de acceso al agua y ausencia de las condiciones básicas de higiene.
En medio de la pandemia el Ministerio de Educación (Mined) no presenta datos sobre posibles afectaciones ocasionadas por el Covid-19.
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En el contexto de la pandemia el Mined puso a la disposición de los estudiantes las “teleclases”, que eran transmitidas en canales gubernamentales. Esta iniciativa no fue bien recibida debido a su baja calidad.
En 2021 las clases continúan y tanto estudiantes como docentes son usados para participar en actividades partidarias en las que hay aglomeraciones.
Algunos colegios privados son los únicos que han emprendido diferentes mecanismos para tratar de proteger a su población estudiantil y el año pasado muchos suspendieron totalmente las clases presenciales, sin embargo, este año trabajan en modalidad virtual y presencial.