En la historia contemporánea de Nicaragua, el periodismo ha pagado un alto precio por su libertad de prensa y de expresión en diversas etapas de su pasado, siendo el llamado Periodismo de Catacumbas un ejemplo del compromiso y resistencia de los periodistas frente a regímenes dictatoriales.
“Era ya el final de los Somoza que había iniciado en enero del 78 con el asesinato de nuestro director mártir de La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro. En esa ocasión el pueblo indignado salió a las calles y de ahí en adelante ya no se detuvo”.
“Por eso mismo, el somocismo que estaba asustado, cerraba todas las puertas. No había información”, recordó la periodista Ángela Saballos, una sobreviviente del Periodismo de Catacumbas.
Cadenas contra el periodismo
De acuerdo con el periodista Carlos García Castillo, la dictadura de los Somoza intentó todo tipo de mecanismos represivos contra los medios: leyes de censura, multas arbitrarias, cierre de medios informativos, encarcelamientos y torturas a periodistas.
Para poder sobrevivir e informar, los hombres y mujeres de prensa llevaron el oficio a la clandestinidad.
Leían las noticias en voz alta principalmente desde los atrios de las iglesias, luego en plazas públicas y las calles, así nació lo que luego se conoció como el Periodismo de Catacumbas.
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Iglesias, catacumbas del periodismo
“Aprovechamos las iglesias católicas y en total e igual sigilo seguimos el ejemplo de los primeros cristianos que eran perseguidos por el imperio romano y tenían que reunirse en las catacumbas para llevar a todos la palabra de Cristo”, explica Saballos, quien leía noticias en la iglesia de Monte Tabor, en la carretera Sur de la capital.
Castillo, quien participó en esta jornada periodística, rememora que difundían las noticias que la dictadura intentaba ocultar: las masacres en las montañas y los crímenes cometidos contra reos políticos.
Mucha de esa información ya no se podía emitir en la radio o La Prensa por la censura y la ley marcial de facto que imperaba por la condición de guerra.

Trascendencia histórica
Guillermo Cortés, quien para ese entonces era estudiante universitario, asegura que el Periodismo de Catacumbas estuvo vigente por un breve tiempo.
“Entre el 31 de enero y el 11 de febrero de 1978, pero tuvo un impacto enorme y una gran trascendencia histórica”.
Por su parte, Castillo afirma que esta hazaña del periodismo nicaragüense duró menos de 15 días, antes que las fuerzas de seguridad empezaran a vigilar las iglesias.
Periodismo se organizó
Saballos añade que “el periodismo de catacumbas no podía ser una constante. Duró lo suficiente porque estábamos en ley marcial, toque de queda, guerra abierta”.
Según Cortés, el Sindicato de Radio Periodistas de Managua (SRPM) fue el organizador del Periodismo de Catacumbas.
Luego surgió la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN) con el objetivo de aglutinar a los profesionales de la información, ya fuesen periodistas de radio, televisión o prensa escrita.
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Periodismo en resistencia
García explica que los periodistas resistían contra la dictadura somocista, que quería imponer un “bozal” al periodismo independiente e impedir que el pueblo conociera la verdadera dimensión de la represión.
“Era terrible. Recuerdo que teníamos que ir a la Oficina de Información y Prensa de la Presidencia de la República a entregar todo el material del radio periódico. También los periódicos tenían que entregar todos sus materiales, sus fotografías, y ahí te censuraban; decían, esto va y esto no va. La censura previa era un motivo de lucha, como lo hacíamos en contra del ‘Código Negro’. Así se denominó el instrumento represivo de la dictadura en contra de la libertad de expresión y de prensa”, comenta Carlos García, en una entrevista con Memorias de la Lucha Sandinista.
Saballos comenta que desde las iglesias vivían momentos de “peligro real”. También señala que si las fuerzas de seguridad descubrían que estaban informando en una iglesia, “debíamos movernos rápido y desaparecer”.
El respaldo de la sociedad
Como parte de las medidas represivas, los medios de comunicación recibían multas que no podían pagar.
García recuerda la unidad y colaboración de la población, quienes “hacían filas en las instalaciones del SRPM para entregar sus donaciones económicas” para que los medios pudieran pagar sus multas.
“Las multas las convertimos en un medio de agitación política, para incorporar a la gente a la defensa de la libertad de expresión y libre difusión del pensamiento”, detalla García.
El respaldo y admiración a la labor periodística era grande, pues exponían su vida por informar.
“Hubo colegas que contaban que tras la lectura de noticias, los feligreses los invitaban a sus casas para comer”, comenta la periodista Saballos.
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Redes sociales las nuevas catacumbas
Cortés, quien leyó noticias en varios templos, considera que el contexto de 1978 y el de la actualidad es el mismo por cinco razones principales.
- Había una represión muy fuerte por parte de una dictadura.
- Pese a la represión, había una resistencia de los periodistas para continuar informando, igual que ahora.
- En aquél momento estaban cerrados casi todos los medios, ahora lo están La Prensa, Confidencial, 100% Noticias y otros.
- Las iglesias han sido sustituidas –acorde con las nuevas tecnologías— con las plataformas digitales.
- Más de cien periodistas están en el exterior y muchos de ellos están informando desde varios países, sobre la realidad de Nicaragua.
Para Saballos las redes sociales son las nuevas catacumbas de la actualidad. “Un modelo de ir en físico a las iglesias como hicimos nosotros en el Periodismo de Catacumbas, es más difícil actualmente. Hay muchos guardias y represión”.

Compromiso periodístico
“De este período hay lecciones magistrales tanto para la historia de Nicaragua, como para el oficio periodístico porque se dió en el contexto terminal de una dictadura, que a pesar de su ferocidad no nos doblegó como periodistas y mostró a nuestros compatriotas lo comprometidos que estábamos con nuestra misión informativa para ellos. Es la complicidad del que escribe y del que lo lee. Es una unidad, pues no hay escritor sin lector, ni lector sin escritor”, comenta la periodista Saballos.
Finalmente, García agrega que “el Periodismo de Catacumbas es, pues, resistencia, lucha y defensa de la libertad de expresión”.
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Burlar la censura y represión
Cortés concluye que del Periodismo de Catacumbas se pueden extraer varias lecciones, entre ellas:
- Que la función social del periodismo debe ejercerse no sólo en contextos favorables a la libertad de expresión, incluso cuando esta es reprimida.
- No hay que aceptar las amenazas y represión de la dictadura, sino hacerle resistencia, siempre habrá maneras de hacerlo.
- Hay que buscar la forma de burlar la censura y la represión, antes fue mediante la lectura de noticias en las iglesias, ahora es utilizando los cibermedios de comunicación.