Los niveles de represión en Nicaragua ha conllevado a que las personas (a quienes en periodismo llamamos “fuentes”) que opinan, comentan y analizan el contexto de la situación político-social se autoinhiban y autocensuren para garantizar su propia seguridad.
Se crea así un panorama comprensible, considerando que el miedo y el instinto de supervivencia son características inherentes del ser humano.
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La escencia del periodismo
El problema se desencadena al momento de ejercer la tarea democrática del periodismo, pues no existe tal cosa sin la esencia de una noticia: las fuentes y sus voces vivas.
Cuando llega el punto en el que las personas evaden a los medios de comunicación y su exposición, los hombres y mujeres de prensa quedan de manos atadas.
No se puede construir una historia sin testimonios que corroboren, sin expertos que verifiquen y sin especialistas que expliquen.
Es ese momento en el que los y las periodistas se ven obligados a establecer estrategias para el manejo de fuentes, así pues en Literal – Periodismo Ciudadano te compartimos consejos para el uso de fuentes off the record, es decir confidencial o extraoficial.

Reglas claras
En las relaciones intrerpersonales como en las profesionales las reglas claras conservan amistades. Lo primera instancia es establecer con claridad reglas de mutuo acuerdo entre la fuente y el periodista.
Estas reglas deben establecerse antes de inciar a compartir la información. Cada cual deberá proteger sus intereses y protegerse entre sí. Interponer las pautas del proceso evitará malos entendidos, problemas mayores e innconvenientes inncesarios.
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Respete el anonimato
El o la periodista debe concebir este recurso como un pacto ético y sacrosanto. Tratar con fuentes off the record requiere un alto nivel de confianza y responsabilidad entre las dos partes: periodista e informante.
La intención de una fuente confidencial es obtener información delicada y de interés público a la vez que se preserva la identidad de origen. Es por ello que se acude al anonimato solo si la fuente tendría graves problemas en caso de exponer los datos y detalles.
Otra opción es utilizar un seudónimo para proteger el secreto profesional y cuidar la integridad de la fuente.

Contraste la información
Una vez obtenida la información, el o la periodista deberá encontrar sus propios recursos para verificar que la información es certera. Recuerde que la responsabilidad recae en el profesional, cuyo deber es investigar y contrastar.
Después de todo, si la información llegara a publicarse sin el debido procedimiento, la culpa de difundir información falsa será del periodista y no de la fuente que nadie conoce.
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No abuse del recurso
El punto anterior lleva a una tercera clave: no abuse de las fuentes confidenciales o anónimas. Debes tener en cuenta que las fuentes extraoficiales son de último recurso.
Acudir a ellas significa poner en tela de duda la credibilidad de la información y por ende la reputación del periodista y del medio para el que trabaja.
Por ello el periodista tendrá que valorar las razones tras el uso de fuentes anónimas y la importancia de la información que está proporcionando.