El pasado 8 de febrero el gobierno de Estados Unidos presidido por Joe Biden, mediante un comunicado difundido en su página oficial se pronunció sobre la realidad de Nicaragua, destacando que “las acciones del régimen (Ortega-Murillo) bajo la llamada Ley de Agentes Extranjeros obligaron la semana pasada al cierre de dos baluartes de la libre expresión, el capítulo de Nicaragua de PEN Internacional y la Fundación Violeta Barrios de Chamorro”.
La postura del gobierno estadounidense evidencia una alerta: luego de la noticia del cierre de operaciones de estas organizaciones, diversas entidades nacionales e internacionales han elevado su protesta con el régimen de Ortega y han solicitado respeto a las libertades públicas y al derecho de expresión y de prensa.
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En pleno 2021, en Nicaragua solo quedan dos organismos gremiales independientes: Periodistas y Comunicadores de Nicaragua (PCIN) y la Asociación de Periodistas de Nicaragua.
Rechazar y resistir
Guillermo Medrano, quien se desempeñaba como Coordinador de Derechos Humanos en la FVBCH dijo a Literal que el cierre de operaciones de PEN Nicaragua y la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, mismas que tenían como finalidad la promoción de la libertad de prensa, también es una forma de resistencia cívica.
Advirtió también que se trata de “un rechazo a la siniestra e inconstitucional Ley de Agentes Extranjeros. El cierre de estas organizaciones representa que se suman al rechazo nacional a la ley y a su normativa que pretende ponerse por encima de los derechos humanos establecidos en la Constitución y otros instrumentos relativos a la libertad de expresión y a la libertad de prensa”.
Medrano destacó que con el cierre de de PEN, “pierden los artistas, pierden los escritores. No se promoverá más la cultura porque ese era su giro de trabajo. Pierde Nicaragua también”, resaltó.
La fundadora de FVBCH, Cristiana Chamorro, calificó el dia 5 de febrero, fecha en que la Fundación anunció su cierre, como “un día de luto cívico porque Ortega con la Ley de Agentes Extranjeros está asesinando legalmente a la sociedad civil de Nicaragua”.
Y la organización PCIN, por su parte, calificó el cierre de Pen Nicaragua y FVBCH como “un golpe para la libertad de expresión y el prensa en Nicaragua”, por el silenciamiento de dos voces en defensa del oficio del periodismo independiente.
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El gremio en ruinas
Fuera del PCIN y la APN, el periodismo independiente no tiene más voces de respaldo porque otras dos organizaciones gremiales están rendidas al régimen: la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN) y el Colegio de Periodistas de Nicaragua (CPN).
La última noticia de la UPN fue cuando en el dia internacional del periodista, el 8 de septiembre de 2020, su presidenta dio un discurso a tono con el mensaje del poder, que desprecia y descalifica a quienes le cuestionan el discurso oficialista.
Y el CPN, colmado desde hace años por el oficialismo y desdentado en defensa de su gremio, en su página de Facebook parece más preocupado por promocionar y vender los sorteos de la lotería, de donde salen los recursos para opaca labor, que pronunciarse por lo que ocurre en contra de los periodistas no oficialistas.
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Un nuevo golpe
El defensor de derechos humanos insistió que el cierre de la FVBCH, “significa un nuevo golpe contra la libertad de expresión, deja a Nicaragua sin una de las instituciones más fornidas a favor del periodismo libre y la libertad de expresión”.
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Según Medrano, se cierra una de las pocas organizaciones de la sociedad civil que ha promovido el acceso a la información pública, desde la formación de la ley hasta su implementación en estos 13 años de estar en vigencia.
“A como dijo la ex directora y fundadora Cristiana Chamorro, el 5 de febrero debe ser recordado como un día de luto cívico porque se han cerrado 23 años de trabajo y acompañamiento periodístico a comunicadores y periodistas que a lo largo de estos años se han beneficiado de los cursos de capacitación y formación integral en materia periodística”, apuntó Medrano.
De igual forma Medrano lamentó que se interrumpa la entrega del premio Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el máximo galardón nacional con el que se estimula la práctica periodística en Nicaragua, y los convenios de colaboración para pasantías, actividades de capacitación, de crecimiento, intercambios dentro y fuera del país que se mantenían con las escuelas de periodismo en el país.
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Dignidad antes que sometimiento
Medrano refirió que aunque el cierre de la FVBCH ha dolido a todos, “es más gratificante cerrar las puertas de la institución con dignidad que operar bajo el sometimiento y el chantaje oficial”.
“Tenemos la plena convicción que con el retorno de un gobierno democrático, respetuoso de los derechos humanos, la Fundación Violeta Chamorro volverá a abrir sus puertas para seguir honrando el legado de la expresidenta Chamorro”, advirtió.
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Del mismo modo enfatizó que la Ley de Agentes Extranjeros será recordada como “la asesina de la sociedad civil”, pues luego de vivir días grises se ha pasado a días oscuros en materia de libertad de expresión y de prensa en Nicaragua.
Sin embargo, Medrano afirmó que como organismo tienen “la convicción y el valor inquebrantable de que volveremos algún día con la misma fuerza, con el mismo ímpetu cumpliendo nuestros principios y valores”.