Partamos de esta tesis: más de 40 medios de Nicaragua, entre digitales y tradicionales, independientes y oficialistas, comparten la misma información, pero con diferentes enfoques, objetivos y formatos. Y entre una y otra noticia, nunca faltará que la información publicada por un medio se parezca a otra, creando la sospecha o el reclamo directo de plagio.
Ya ha pasado desde 2018 cuando los medios independientes, en una ola de solidaridad nunca vista en la historia reciente del periodismo nicaragüense, se olvidaron de las primicias y se abrazaron a compartir contenido e información al calor de la represión contra medios y periodistas desde 2018, sin embargo, las leyes del mercado y las reglas de las métricas en web y redes sociales exigen producir contenido propio para poder monetizar.
La Prensa, Artículo 66 y otros medios, pusieron candados de protección a sus textos, otros pusieron marcas de aguas a sus imágenes y otros reclamaron derechos de autor a sus videos, mientras el oficialismo se dedicó a denunciar ante los gigantes tecnológicos el uso sin permiso de sus contenidos propagandísticos.
Y por ahí comenzaron los reclamos y fricciones entre medios y comunicadores, a como bien lo cuenta el periodista Wilfredo Miranda, coautor del Manual de Estilo Periodístico sobre Derechos de Autor, Propiedad Intelectual y Colaboración en la Era Digital, publicado en diciembre de 2020 por la hoy clausurada Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH).
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Una herramienta valiosa para el periodismo
La FVBCH, cumpliendo con su misión de fortalecer capacidades en el periodismo nacional, puso a disposición de periodistas, comunicadores y medios de comunicación el manual de estilo periodístico antes citado, de manera gratuita.
“Con esta herramienta los profesionales de la comunicación podrán contar con información elemental para el manejo de los conceptos, principios y disposiciones legales sobre derechos de autor y propiedad intelectual, que protege los trabajos periodísticos”, reza la introducción del documento y luego justifica su creación:
“El manual ha sido concebido como un marco jurídico de referencia nacional en plena correspondencia a los estándares internacionales que regulan la materia. El diseño y elaboración de este manual toma como referencia los resultados de una encuesta realizada entre periodistas, comunicadores y directores de medios de comunicación; donde se pudo comprobar que un alto porcentaje de las personas encuestadas desconocían los alcances de protección de los trabajos periodísticos en Nicaragua; al igual que sobre las normas y procedimientos adecuados, de intercambio y reproducción de contenidos noticiosos a través de medios digitales”.
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¿Qué contiene el manual que lo hace valioso?
El manual comprende 12 capítulos metodológicamente estructurados, donde se identifican oportunidades de formación para que los diferentes actores involucrados en la producción informativa puedan ponerlos en práctica, además se presentan un conjunto de recomendaciones y sugerencias que propicien la armonización de técnicas y procedimientos entre la teoría y a práctica periodística.
Literal Periodismo Ciudadano habló con dos de sus coautores: El periodista Wilfredo Miranda y la periodista María Lilly Delgado, quienes bajo la coordinación jurídica de la abogada María Adilia Serrano, hicieron realidad esta valiosa herramienta de consulta.
María Lilly ¿qué significó para vos participar en este proyecto y qué novedad ofrece el manual?
“Como profesional del periodismo fue una experiencia enriquecedora el ser parte del equipo multidisciplinario que elaboró el Manual de Estilo sobre Derechos de Autor, Propiedad Intelectual y colaboración en la Era Digital, en versión larga y versión corta. Fue una experiencia de mucho aprendizaje, investigación, y también de consulta colectiva con periodistas y representantes de medios de comunicación independientes sobre sus conocimientos sobre derechos de autor, propiedad intelectual y pautas para colaborar entre medios en la era digital”.
¿Cual es la novedad de esta herramienta para el periodismo en Nicaragua?
Creo que la novedad que ofrece es que la FVBCH junto con el equipo multidisciplinario al que se nos encomendó elaborar el Manual, aspiramos a que el Manual sea una herramienta de permanente consulta, un documento de cabecera que esté presente en las salas de redacciones y para los periodistas para conocer sobre los siguientes aspectos:
- ¿Qué protege la Ley de derechos de autor?
- Los derechos morales y patrimoniales de las obras periodísticas?
- Uso legítimo de la información pública
- Falta de acceso a la información pública y el entorno digital
- Nuevas formas de censura y casos emblemáticos en Nicaragua.
- Procedimiento de denuncias por uso legítimo en YouTube y Facebook.
- Pautas para acuerdos de Colaboración entre Medios.
- ¿Cómo atribuir y citar correctamente los trabajos periodísticos?
¿Qué importancia tiene el periodismo colaborativo establecido en el manual, para los medios nicaragüenses?
Me parece que esto es vital tomando en cuenta que el periodismo colectivo y colaborativo es la tendencia presente en América Latina y en la era digital. Nadie en Nicaragua puede darse el lujo, como medio independiente en el actual contexto, de decir que tiene la capacidad por si mismo y con sus propios recursos, de cubrir todos los aspectos de la producción noticiosa.
Entonces es un documento muy completo que tiene una versión larga y una versión corta, más práctica. Y que es importante señalar que el manual fue producto de un proceso metodológico, del cual periodistas y representantes de medios de comunicación independientes fueron parte, con su participación a través encuestas, sesiones de capacitación sobre el contenido y grupos focales de validación. Fue un proceso de construcción colectiva encabezado por el equipo multidisciplinario a quienes la FVBCH encomendo la tarea de elaborar el Manual de Estilo sobre Derechos de Autor, Propiedad Intelectual y colaboración en la Era Digital.
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Para el periodista Wilfredo Miranda, la coyuntura de represión y persecución contra los medios desde el gobierno, a partir de las protestas de abril de 2018, demandaba reglas claras en la colaboración periodística, para un ejercicio ético y de utilidad entre los socios.
“A partir de la rebelión de abril, no solo el país se reconfiguró, también el periodismo por la represión y el asedio del que desde entonces ha sido víctima, en ese sentido los periodista empezamos a hacer alianzas y colaboraciones para romper la censura, para informar en una iniciativa de buena fe y para protegerse de un poder autoritario y avasallador, no hubo una ruta planeada ni escrita para hacer esas alianza”, narra.
“Y con el tiempo, tres años después, comenzaron a darse ciertas fricciones entre algunos medios sobre la forma de compartir contenido, precisamente porque no había nada escrito que pudiera tutelar o dirigir la colaboración entre medios, sin caer en plagios o usar material indebidamente, ya que los medios para sobrevivir empezaron a monetizar sus canales y medir métricas, audiencias, alcances y entonces surgió la pregunta ¿Cómo hacer para desarrollar un periodismo colaborativo respetando los derechos de autor, que le permitieran a los autores, ganar algún ingreso con su contenido?
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Un manual actualizable
A raíz de esa realidad y necesidad, surgió la idea del manual del cual Miranda es coautor: “mostrar una guía básica de cómo compartir contenido entre colegas, tomando ejemplo de otros países, buenas prácticas para citar contenido de terceros y un análisis legal de lo que significa”.
El tema en Nicaragua era árido, según Miranda: “Ninguno de los medios contaba, excepto Confidencial, con un protocolo de cómo citar correctamente el contenido de otros sin infringir temas de derechos de autor”.
Ahora, el manual y sus procedimientos están al alcance de los medios y periodistas que respetan los cimientos éticos del oficio: “Es el primer manual de este estilo y es necesario, porque en las redacciones no existe una política o un libro de estilo con normas para citar, abordar y reproducir contenido de tercero”, dice Miranda, quien considera que el documento no es definitivo, sino que requiere una actualización constante, según lo demanden las circunstancias.
“Considero que es un manual que no es defnitivo sino que debería irse enriqueciendo y actualizando en la medida que las tecnologías nos vayan imponiendo nuevos formatos de contar historias y compartir contenido”, sugiere Miranda, quien junto a Delgado y María Adilia Serrano, dedicó más de cuatro meses de investigación, analizando, comparando legislaciones, manuales y referentes internacionales del oficio.