La profesora de escuela primaria, Mercedes Rocha, originaria de Diriamba, Carazo, pasó a desempeñarse como artista circense, luego de que fuera despedida de su empleo como educadora. Hoy se dedica a entretener a los niños como payasa.
Enseñar a reír a niñas y niños es el nuevo trabajo de esta maestra a quien el Ministerio de Educación despidió hace cinco meses sin derecho a liquidación.
Aunque la profesora fue acusada de causas graves, mismas que no fueron probadas, desistió de exigir sus derechos laborales y encontró una nueva forma de seguir trabajando fuera de las aulas.
Ya en el desempleo, se convirtió en payasita y pasó de instruir disciplina a los niños a darles sus momentos más alegres.
Echada a la calle sin un peso
“Es un capítulo muy doloroso de mi vida porque me acusaron de algo que yo no hice, me despidieron sin un córdoba, pero sigo de pie, digna y firme, siento que fue algo arbitrario por mi manera distinta de pensar. No sé si fue político o personal, pero lo que sí puedo decir es que gracias a mis amistades y mi familia que me han apoyado es que he logrado salir adelante”.
Mercedes Rocha

Mercedes es licenciada en pedagogía con mención en administración escolar, pero en el departamento de Carazo es conocida como la payasita “Merolita”, un personaje que adoptó para realizar su show en compañía de uno de sus cuatro hijos.
“Mi hijo Joao es el segundo, al ver mi desesperación y la necesidad que teníamos en el hogar, me acompañó y es un trabajo que realizamos con amor, pasión y sobre todo con dignidad”, contó.
“Nosotros realizamos animaciones de cumpleaños y de cualquier evento que se nos presente”, añadió la maestra.
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El servicio social es su pasión
Realizar actividades donde pueda recolectar víveres, juguetes y comida para los niños de escasos recursos es su mayor pasión y cada fin de año busca llevar un rato de alegría a los barrios más pobres junto con otros payasos del país.
“El Show de Payasos Sin Fronteras, es una actividad recreativa que vengo realizando ya desde hace cuatro años consecutivos, como labor social del show de Los Merolitos, esto lo hago con ayuda de otros payasos que vienen a Carazo desde distintas partes del país en apoyo a esta actividad”, comentó Mercedes Rocha.

Rocha, además, promueve el emprendimiento de negocios pequeños de sus amistades por medio de sus redes sociales.
“Mi lema es emprendiendo juntos, ya que todos necesitamos de todos, más con la difícil situación económica que estamos atravesando en el país, pienso que debemos de estar unidos, no tener envidia porque Dios nos bendice a todos de una manera distinta de acuerdo a nuestras necesidades”, reflexiona la docente.
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No solo vive de payasa
Debido a la falta de empleo y una economía maltrecha, la profesora Mercedes es una mujer multifacética, quien día a día busca la manera de incrementar sus ingresos desde su sencilla vivienda ubicada en el barrio El Cepad.
“Costuras Meroli”, es otro de sus negocios donde sus clientes la visitan para reparar sus prendas de vestir de una manera rápida y a un costo muy bajo, oficio que aprendió desde temprana edad, gracias a su papá don Mercedes Rocha.

También incursionó hace tres meses en el mundo de las comidas típicas nicaragüenses realizando picadillo, cosas de horno, chilate y donas bañadas con chocolate.
Sus redes sociales son sus mejores aliadas para promover sus productos.
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Aun enseña educación
“Yo hago de todo un poco. Hay personas que se ríen de mí, pero eso no me interesa, ya que me gano el pan de cada día de mis hijos y ha sido mi mayor terapia después de que me arrebataran mi trabajo”, narró.
“Es difícil emprender en estos tiempos, pero con esfuerzo y sacrificio todo se puede lograr”, indicó.

No todo está perdido para la maestra diriambina, a pesar que le negaron seguir desempeñándose como maestra de educación primaria en un centro educativo, su casa también se ha convertido en una escuela de reforzamiento, donde imparte clases por horas y a un costo simbólico.
“Lo hago porque sigo viendo a mis niños y porque los padres de familia me lo pidieron. Ellos confían plenamente en mí y yo amo trabajar con ellos, también porque encontré una manera de seguir haciendo lo que me gusta, no cobro grandes cantidades, me ayudo y ayudo a los niños que están atrasados en sus materias”.
Mercedes Rocha, maestra.