Durante una larga época de su vida, para Yezkhel Romero (Managua, 1996) la escritura fue un “sueño frustrado”, pero eso cambió de la manera más inesperada e incluso dolorosa. En 2019 sufrió una severa depresión y su forma de “mantenerse vivo” fue escribir poesía. Un año después, cuenta con dos libros auto publicados, dos más en proceso de auto publicación para este año 2020, un podcast semanal llamado “Otra vez es lunes” y otro podcast de nombre “Audible” donde lee sus propios poemas.
Además, ilustra, toma fotografías y crea pequeños documentales caseros.
La poesía como catarsis
Yezkhel tiene los ojos claros y habla con cierta timidez. Al empezar la entrevista se disculpa pues por su experiencia con el podcast, afirma estar más acostumbrado a ser quien hace las preguntas. Sin embargo, responde todo, incluso aquello que tiene que ver con momentos difíciles del pasado.
“La poesía nació de una necesidad de hallar una especie de catarsis y de ser honesto con muchas de las cosas que psicológicamente me afectaban, quería sacar lo que acumulaba, me mantenía escribiendo, pensé en compilar lo que escribía y luego lo convertí en un proyecto porque era algo que disfrutaba mucho. Sentía la necesidad de expresarme honestamente porque, al igual que muchas personas, tengo que utilizar máscaras que no terminan de definir quién sos vos en realidad”, explica.

Concebida la idea, Yezkhel pensó en avanzar más y, aprovechando su curiosidad, se decidió a aprender a maquetar digitalmente con el programa Adobe In Design para poder auto publicar el libro que estaba realizando.
“No iba a esperar que una editorial independiente o importante me descubriera como el próximo rockstar de la poesía, por decirlo de alguna manera, porque no lo necesito, solo quería hacerlo porque si no moría y fui yo solito, sin ningún curso, sin ser diseñador y sin saber usar In Design, fue algo muy retador”.
Como punto final, también pensó en valerse de su pasión por ilustrar para darle una portada a su obra y así fue como, en enero de 2020, lanzó de manera digital y gratuita, “Depresiones y otras adicciones”. Él califica esta primera auto publicación como algo “mágico y personal”.
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En busca de los derechos de autor
Sin embargo, luego de difundir el libro por internet, pensó en algo más: Los derechos de autor. “Yo no sabía cómo se hacía para tener tus derechos de autor en Nicaragua, lo descubrí por mí mismo. Fue difícil porque no estaba totalmente claro por no pertenecer al mundo editorial, pero el proceso no fue tan complicado, eso fue lo sorprendente y lo positivo”.
“Hay que ir al MIFIC (Ministerio de fomento, Industria y Comercio), hay una sección legal con un apartado para creadores de literatura y música, se lleva tu material en un disco y si está publicado son dos copias, después tenés una entrevista muy breve con la persona encargada, te dicen que debés cancelar el servicio que son como cuarenta dólares y te dan un tiempo para entregarte tu acta de derechos de autor y luego debés llevarla a La Gaceta”.

Ilustraciones de juventud
Después de tener los derechos de autor en mano, Yezkhel se preguntó cómo se vería su obra en físico y ese fue su siguiente objetivo. La maquetación digital derivó en maquetación para impresión. Sacó noventa copias de su primer poemario, regaló algunos y ofreció el resto al público a un costo de cinco dólares, en este momento ya le quedan pocos.
La distribución también la ha hecho él solo a domicilio en Managua y por envíos a los departamentos pues intentó contactar con ciertas librerías, sin obtener una respuesta positiva. Lo mismo le ocurrió con organizaciones y revistas digitales así que se aventuró a hacerlo por su cuenta utilizando las redes sociales, sobre todo Instagram.
Made In UCA
Este autor graduado de Marketing por la Universidad Centroamericana (UCA) continúo escribiendo y en mayo de este año publicó su siguiente libro: Ilustraciones de juventud.
“Este proyecto surgió de la necesidad de desmitificar el concepto de la memoria inmutable, a fin de probar que los recuerdos cambian a través de los años siendo influenciados por elementos como el estado mental, la edad y el clima. En este caso particular, el verano ha permutado en el desarrollo de este poemario, provocando así narraciones sobre mi vida atrapadas en un ciclo de desasosiego y ansiedad”, reza el cuerpo del correo electrónico con el que Yezkhel agradece a quienes solicitan su libro.
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En el mundo de los podcasts
A pesar de tener un trabajo demandante en el área operativa de una empresa, Yezkhel no para. “Me aburro mucho”, dice con una sonrisa. Y, al recordar que hace dos o tres años había comprado un micrófono que todavía estaba sin usar, se animó a conocer un mundo nuevo: El de los podcasts.
Aunque su idea inicial era hacerlo con un amigo, sus horarios no coincidieron y, una vez más, Yezkhel se dispuso a hacerlo solo.
“Me di cuenta que tenía la oportunidad de hacer un contenido, de invitar personas que no necesariamente fueran famosas, pero que tuvieran cosas muy interesantes que decir, gente común, pero que pueden sostener una plática. Tuve miedo, el tema de aprender sobre podcasts fue desafiante porque no sabía mucho sobre audio, edición, comunicación, pero aprendí”.
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“Otra vez es lunes”
Actualmente “Otra vez es lunes” tiene doce episodios de entre media hora y una hora cada uno.
“El contenido no es que llegue a un montón de personas, pero sí he notado de que a las pocas personas que le llega lo valoran mucho y esa es una de las razones por las que he sostenido el podcast semana a semana porque no es fácil la organización, el tiempo y obviamente no ganás dinero, pero me encanta”.
Son casi las nueve de la noche y Yezkhel luce un poco cansado. Comenta que suele desvelarse trabajando en sus proyectos, en especial con el podcast.
“¿Por qué hacés tanto?”, le pregunto.
“Porque si no lo hago, estaría peor mentalmente, hay muchas cosas que me abruman. No vengo de un lugar privilegiado y, a mi edad, he tenido cierto éxito profesional y eso podría llenar a muchas personas, pero a mí no y escribir o crear sí me llena muchísimo y siento que si dejo de hacerlo sería una persona muchísimo más triste”.